Con la llegada de la temporada reproductiva del pejerrey, el Parque de la Biodiversidad, dependiente de la Secretaría de Ambiente, puso en marcha un proceso clave para el fortalecimiento de esta especie en los diques sanjuaninos. Esta semana se realizó la primera puesta de ovas, dando inicio al ciclo de cría 2025.
El desarrollo de esta tarea consta de distintos pasos, según indicaron los especialistas. En esta primera etapa se recolectaron 40.000 ovas, que fueron sometidas a un tratamiento de salinización para favorecer su desarrollo. Luego, se trasladaron al área de incubación, donde el sistema de circulación de agua cerrada garantiza condiciones óptimas para la eclosión.
Las incubadoras de vidrio albergan las ovas durante un período de entre 12 y 14 días, tras lo cual nacen las larvas. Estas crías se alimentan inicialmente en piletas especiales antes de ser trasladadas a lagunas artificiales donde continúan su crecimiento.
Cuando los juveniles alcanzan entre 4 y 6 centímetros de longitud, se realiza la siembra en los embalses de San Juan. Este proceso no solo contribuye a la biodiversidad acuática, sino que también fortalece la pesca recreativa de forma sustentable.
El trabajo se complementa con monitoreos periódicos en los diques para evaluar la calidad del agua, factor esencial para el éxito del proceso. La temporada de reproducción coincide con la veda de pesca del pejerrey, una medida que protege a la especie en su momento más crítico.
Un pez con historia y velocidad
El pejerrey es una especie característica de ambientes de agua dulce, aunque también puede habitar zonas donde se mezcla con agua salada. Presenta dos ciclos reproductivos: uno menor en otoño y otro principal entre septiembre y noviembre. Cada hembra puede producir entre 5.000 y 20.000 ovas, dependiendo de su tamaño y condiciones ambientales.
Este pez es conocido por su velocidad, gracias a su cuerpo fino, musculatura desarrollada y una capa de mucus que reduce el roce con el agua. En sus primeras etapas se alimenta de plancton, y conforme crece, incorpora insectos, moluscos y pequeños peces a su dieta, incluso individuos de su propia especie.
Los ejemplares adultos pueden alcanzar tamaños de entre 30 y 50 centímetros, con pesos que van desde los 2 hasta los 3 kilos. Son peces de longevidad media, capaces de vivir hasta 10 años.