El matambre es uno de los cortes más populares para el asado, pero muchos se frustran al intentar cortarlo porque queda duro o seco. La clave está en la preparación y en algunos trucos que pueden transformar este corte en una verdadera delicia. Aquí te contamos los tres tips esenciales para que el matambre quede tierno y suave, como mantequilla.
1. Marinar antes de cocinar
El primer paso para un matambre jugoso es marinarlo. Mezclas simples con aceite, ajo, hierbas y un toque de ácido como limón o vinagre ayudan a ablandar la carne antes de la cocción. Lo ideal es dejarlo reposar en la marinada durante al menos 2 horas, aunque si puedes, una noche entera hará maravillas.
2. Cocción lenta y a temperatura moderada
El secreto para que el matambre no se endurezca es cocinarlo lentamente. Ya sea al horno, a la parrilla indirecta o al vacío, mantener una temperatura moderada evita que las fibras se contraigan demasiado rápido y pierdan jugos. Una cocción lenta garantiza que cada bocado sea tierno y fácil de cortar.
3. Descansar antes de cortar
Una vez cocido, es fundamental dejar reposar el matambre unos minutos antes de cortarlo. Esto permite que los jugos se redistribuyan por la carne y evita que se escape toda la humedad al primer corte. El resultado: un matambre suave y jugoso, listo para disfrutar.
Con estos simples consejos, tu matambre dejará de ser un desafío y se convertirá en la estrella de cualquier asado. Ya no habrá necesidad de recurrir a utensilios exagerados: solo técnica, paciencia y cariño por la carne.