El asado es mucho más que una comida para los argentinos: es una ceremonia de encuentro, tradición y orgullo nacional. Sin embargo, cuando se apagan las brasas, llega uno de los momentos menos agradables para el anfitrión: limpiar la parrilla. Entre restos de grasa, carbón y jugos pegados al hierro, dejarla impecable puede ser una verdadera pesadilla.
El problema aparece cuando se coloca la carne sobre una parrilla fría o húmeda. En esos casos, los jugos se adhieren al metal y lo ensucian con facilidad. En cambio, si el hierro está bien caliente, se produce la llamada reacción de Maillard, una especie de sellado natural que evita que la carne se pegue y potencia su sabor.
Los materiales también influyen: las parrillas de hierro común o enlozado suelen durar entre 5 y 10 años, mientras que las de acero inoxidable pueden resistir hasta dos décadas. Las de hierro fundido, bien curadas, pueden superar los 20 años sin oxidarse. Por eso, mantenerlas limpias y bien cuidadas no es solo cuestión estética, sino una forma de alargar su vida útil.
El truco de la cebolla: limpieza natural y efectiva
Entre los métodos más comentados para dejar la parrilla como nueva, uno se volvió viral en redes sociales gracias al creador de contenido Piero Silva, quien compartió su secreto en Instagram. Su publicación superó los 74 mil “me gusta” y acumuló cientos de comentarios de usuarios agradecidos.
El paso a paso es simple: una vez que el fuego está encendido y las brasas bien calientes, se corta una cebolla por la mitad, se la espolvorea con sal gruesa y se pasa varias veces por la parrilla caliente.
El calor hace que la cebolla libere ácidos naturales con propiedades desinfectantes, mientras que la sal actúa como abrasivo, ayudando a desprender la grasa y los restos de comida adheridos.
Papel aluminio y vinagre: aliados del brillo perfecto
Si después del truco con la cebolla todavía quedan residuos, Silva recomienda usar una bola de papel aluminio para raspar suavemente la superficie. Luego, un toque final: humedecer un paño con vinagre blanco y pasarlo por el metal. Este último paso elimina olores y deja la parrilla brillante y lista para el próximo asado.
Qué pasa cuando se cocinan vegetales o pizzas
El método también puede adaptarse a distintos tipos de cocción. Cuando se asan verduras, los azúcares naturales se caramelizan y generan una capa pegajosa que, por suerte, se limpia con facilidad. En cambio, al cocinar pizzas, la harina y el almidón se carbonizan y forman una costra dura. En esos casos, conviene usar un cepillo metálico y aplicar calor fuerte durante unos minutos antes de limpiar.
En resumen
La cebolla no solo sirve para acompañar el asado: también puede ser la mejor herramienta del parrillero. Con este sencillo truco, la parrilla queda limpia, desinfectada y lista para el próximo encuentro alrededor del fuego, el ritual más querido por los argentinos.