En el marco de la audiencia de formalización por el crimen de Emir Barboza, el nene de 7 años que perdió la vida en medio de una balacera en el Barrio Valle Grande en Rawson, los seis acusados que se sentaron frente a la jueza de Garantías -Irene Mabel Moya- se mostraron en desacuerdo con la imputación por homicidio agravado por el uso de arma y, como pocas veces sucede, la mayoría decidió hablar y dar su versión de los hechos.
En la sala 9 de Tribunales se vivieron momentos de tensión con los acusados por el homicidio que enlutó a toda una comunidad, como así también se registraron curiosidades que llamaron la atención de más de uno. Es que los sospechosos, que rompieron el silencio, dieron la nota. Uno, por ejemplo, lloró e insistió varias veces para ser liberado. Otro, por su parte, cruzó a su hermano por hablar.
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Mientras que en las afueras había revuelo, por la presencia de una importante cantidad de manifestantes que acompañaban a la familia de la víctima, en el interior del palacio de Justicia se desarrollaba el proceso con los seis imputados a cara descubierta: Alan Juan Bazán; Dante Emanuel Carrizo; Gonzalo José David Santander; Hernán Ariel Carrizo; Cristian Daniel Guajardo y Jonathan Javier Carrizo.
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Este último fue el único que no declaró y lo hizo tras el freno de mano que metió su abogado Jorge Olivera, quien lo paró ni bien tomó el micrófono, cuando el resto ya había realizado su descargo. Incluso, lo de Jonathan Carrizo no quedó ahí, pues se molestó con su hermano Dante Emanuel Carrizo, que tras haber expuesto su postura pidió nuevamente la palabra. "Ya está, dejá de hablar", le dijo por lo bajo y el hombre le respondió: "Yo voy a defenderme".
Por su parte, Guajardo dio la nota dos veces. Primero sostuvo que él estaba en la escena de casualidad, que no conocía a los Barboza y se lamentó por "la pérdida de un angelito". Luego de ello, rompió en llanto y en varias oportunidades se llevó las manos a la cara. Es que el sujeto, quizás, caía en cuenta sobre lo acontecido su regreso al Servicio Penitenciario. En 2015 cumplió una condena de 16 años de reclusión, aunque no se reveló por qué delito.
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El ex convicto solicitó hablar tres veces y, aunque ejerció el derecho como le asiste la ley, la redundancia de sus palabras hicieron que la jueza desestimara sus intentos de seguir hablando. "Señora jueza", se lo escuchaba decir pese a que la audiencia transitaba otros momentos. Incluso, tras decirlo al menos cinco veces, lo repitió cuando ya había finalizado todo.
En ese momento, los policías -que en total fueron 14 efectivos en el lugar- lo rodearon y le impidieron llegar hasta la autoridad. "Hablá con tu abogado", le respondieron los uniformados que blindaron el recinto.
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Pese a haber negado tal participación en el tiroteo y contradecir al Ministerio Público, los fiscales Iván Grassi y Sebastián Gómez, junto al ayudante fiscal Maximiliano Gerarduzzi, sostuvieron que desde el domicilio donde vive la madre de los hermanos Carrizo atacaron a balazos a la familia Barboza, un grupo compuesto por grandes y niños, entre ellos, Emir. Para los funcionarios, los sujetos armados le dispararon al tumulto de personas desde distintos puntos de la vivienda, inclusive, desde el techo, cuales francotiradores.
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De negro, Jonathan Javier Carrizo