Nadie habla, ninguno quiere meterse en problemas. Esa es la situación en el barrio Valle Grande, donde este martes por la madrugada se convirtió en escenario del horror y un niño de 8 años fue asesinado en medio de una balacera, producida por un enfrentamiento de bandas. Este mediodía, 12 horas más tarde del brutal acontecimiento, los vecinos de la zona prefirieron guardar silencio y no emitir opinión al respecto.
Con personal policial Comando Radioeléctrico rondando por las calles del extenso complejo habitacional y con efectivos de Infantería custodiando la casa de Emir Barboza, como así también la de los sospechosos por miedo a represalias, la gente del lugar se mostró reticente a mantener contacto con los medios de comunicación, aunque una fuente accedió a dialogar con este diario y la misma reveló un detalle que llamó la atención.
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Se trata del vínculo que existiría entre Emir y Uma Calvo, la beba de tres meses que murió 11 años atrás en un tiroteo en el Barrio Huarpe, en Rawson. Si bien ya había resonado el caso por las similitudes entre un hecho y otro, un allegado a la familia de la víctima, que evitó salir en cámara por temor a algún tipo de reacción, contó que uno de los detenidos sería pareja de una de las tías de la pequeña asesinada en 2014.
Aunque este dato no pudo ser confirmado por fuentes oficiales, quien dio a conocer esta relación sostuvo que el tío político de la beba sería uno de los 7 sujetos aprehendidos por las autoridades y quien, según se sospecha, sería el que portaba el arma de fuego que le arrebató la vida al menor.
A través de las redes sociales, un familiar del pequeño Emir expresó su indignación y acusó públicamente a Jonathan Javier Carrizo. “Por favor pido justicia para mi primo, este hdp lo mató. Que se re funda en el penal, no tenés perdón de Dios, hdp asesino, eso sos. Pero vas a pagar por lo que hiciste, malparido. Era un niño, toda una vida por delante”, escribió en su publicación, que rápidamente se viralizó.
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El hecho ocurrió en el sector conocido como Manzana 23 del Barrio Valle Grande. De acuerdo con los primeros testimonios, todo comenzó como una discusión entre grupos de vecinos enfrentados desde hace tiempo. La pelea escaló rápidamente y se transformó en una batalla armada, con múltiples disparos que sembraron el terror entre los residentes del barrio.
Desde una vivienda -identificada como la Casa 1 de la Manzana 23- comenzaron a efectuarse tiros hacia la vía pública. En medio de ese caos, uno de los proyectiles impactó directamente en el pecho del pequeño Emir, que se encontraba jugando en las inmediaciones.
El niño fue trasladado de urgencia al Hospital Marcial Quiroga por un familiar, Roberto Barboza, pero los médicos no pudieron salvarlo. Ingresó al nosocomio a las 00:36 con una herida de arma de fuego en el tórax, y una doctora de guardia confirmó su fallecimiento minutos después. El diagnóstico fue trauma abierto de tórax por herida de arma de fuego.
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La médica legista Ana Bruna constató luego una lesión de entrada de 1x1 centímetro en la región pectoral izquierda, sin orificio de salida, lo que indica que la bala quedó alojada en el cuerpo. Según su informe, la muerte del menor fue prácticamente inmediata.
Por las características del suceso, el crimen recordó al de Uma Calvo, ocurrido el 4 de enero de 2014. Una bala perdida atravesó la humanidad de la bebé que se hallaba en su propio hogar. Uma fue llevada de urgencia al hospital, pero no sobrevivió. Su nombre se convirtió rápidamente en símbolo de la violencia barrial que azotaba Rawson, marcada por ajustes de cuentas y venganzas entre quienes pretendían controlar la venta de droga.