Ya complicada tienen la tarea las docentes que a diario son sometidas antes de empezar su labor, trabajando en un aula que no tiene todas las comodidades y que está inserta en un contexto de hostilidad extrema, donde las maestras tienen que lidiar a diario con algo más que las clases, mostrando talante más de psico que de pedagogía, porque guían a personas que buscan estar bien consigo mismas, que quizá reciban solo de ellas -a quienes llaman "ángeles"- la atención, amabilidad y generosidad que nadie les dio afuera de esas rejas. Además de llevar con coraje esa rutina compleja que define su tarea cotidiana, las maestras del Penal de Chimbas están pidiendo hace rato que se reglamente la famosa modalidad de educar tras las rejas. Y parece que se va a dar, tras años de espera.
"Sí, bueno, es una modalidad que no está bien reglamentada todavía. Pero estamos trabajando conjuntamente con la gente del Penal y con nosotros, por supuesto, del área Educación para fusionar", aseguró la funcionaria, consultada sobre el pedido de las maestras. Ellos (los docentes de la cárcel) se encuentran dentro de la órbita de la Educación Especial y nosotros tenemos que poder certificarles a ellos los certificados de los chicos que van terminando tanto la Primaria como la Secundaria. Estamos trabajando para hacerlo", destacó la ministra.
Urgencia
¿Por qué la reglamentación de la modalidad de Educación en Contexto de Encierro es una necesidad urgente? La Ley Nacional de Educación ya establece específicamente la modalidad de Educación en Contexto de Encierro, no sólo para cárceles, sino también para institutos de menores. Sin embargo, en la provincia, esta modalidad aún no está reglamentada, lo que depende del Ministerio de Educación.
Analía Selman, Jefa de División Educación del Servicio Penitenciario Provincial, aseguró que "no ha habido avances en la reglamentación de la modalidad de Educación en Contexto de Encierro. Eso es una realidad nacional". Aunque la ley macro a nivel nacional la establece, quedan "políticas educativas como más provinciales" por trabajarse para pensar qué es lo mejor en este contexto.
La directora de la Escuela Juana Godoy de Brandes, como se llama la Primaria dentro del Penal de Chimbas, Daniela Mancinelli también remarcó que "desde que yo inicié están esperando que se cree la modalidad en contexto de encierro".
Según las especialistas, que conocen la realidad de este tipo de educación desde adentro y profundamente, la reglamentación provincial daría el marco legal necesario para una educación adaptada y efectiva, alineando las políticas educativas locales con la ley nacional.
Para estas docentes, la educación en contexto de encierro requiere un enfoque distinto, ya que las personas privadas de su libertad no pueden transitar la Primaria o Secundaria de la misma forma que el resto de la población. Se necesitan "trayectos técnicos de formación técnica que le permita a la hora de salir o de reinsertarse una herramienta que esté avalada por una institución". Actualmente, aunque los docentes adaptan sus currículas, pero se necesita algo reglamentado.
¿Qué quiere decir esto? Una modalidad reglamentada permitiría diseñar programas y trayectos educativos "adaptados a las características del estudiante acá", que sean relevantes para su realidad laboral y sus posibilidades. Esto aseguraría que la formación recibida tenga un reconocimiento oficial y sea útil al egresar.
Por otro lado, se presentan como razones importantes para la reglamentación la garantía de continuidad educativa y de reinserción. Ahora, la falta de reglamentación implica que lo que se cursa dentro no siempre "sirve afuera" y no hay una vinculación clara con otras instituciones fuera del contexto de encierro. Para que la educación sea funcional, se buscan estudiantes que puedan "empezar y que pueden terminar" sus estudios en la institución, "porque la modalidad de acá no es la misma que se encuentra afuera", apuntó Mancinelli.
Así, la reglamentación debería "contemplar un poco trayectos educativos, formativos, acordes a la realidad del contexto y también que pueda brindarle la posibilidad de una continuidad cuando obtengo la libertad". Esto es crucial para la reincorporación del individuo a la sociedad y para evitar que el esfuerzo educativo se pierda.
También hay un aspecto vinculado al reconocimiento e identidad tanto para la escuela como para los docentes dentro del Penal. La escuela Primaria Juana Godoy de Brandes actualmente depende de Educación Especial, pero "tampoco somos educación especial". La directora Mancinelli explica que este contexto es "diferente a todos y tiene que tener su modalidad", y que al reglamentarse "tendríamos identidad". La carrera de "maestro de cárcel" (que se cursa como "irregulares sociales y minoridad institucionalizada") ya no se imparte, y quedan pocos docentes con ese título especial. Se necesita que los docentes que trabajen en este contexto estén "especializados".
La creación de la modalidad daría una identidad propia a la educación en contexto de encierro, lo que permitiría el desarrollo de carreras docentes específicas y una estructura clara, mejorando las condiciones laborales y la especialización del personal.
image
Daniela Mancinelli, directora de la Escuela Primaria Juana Godoy de Brandes dentro del Penal de Chimbas.
Por otro lado, la falta de reglamentación se traduce en limitaciones de espacio y recursos. Por ejemplo, en el sector dos del predio chimbero, hay grados agrupados con una sola docente atendiendo varios niveles por falta de espacio, lo cual "no es lo ideal". La reglamentación, según las docentes, "habilitaría espacio, presupuesto", y permitiría contar con "una coordinadora o una directora de áreas que se abocaría nada más que a nosotros. Sería lo ideal tener la modalidad". Esto mejoraría significativamente la calidad de la enseñanza al proporcionar los recursos adecuados.
Selman, como Jefa de la División Educación del SPP, y su equipo vienen insistiendo en la necesidad de la reglamentación: "entendemos que la persona privada de la libertad requiere del acceso a la educación de un modo distinto", dijo la especialista. En relación al Ministerio de Educación, vienen haciendo "aportes, sugerencias para que esto avance" y se han ofrecido para "ir y dar nuestro punto de vista porque creemos que somos los que estamos en el campo, que vemos la necesidad, que conocemos las características también de la persona privada de la libertad, entonces podemos hacer un aporte".
Las maestras sostienen que es fundamental que las políticas educativas se construyan a partir de la experiencia de quienes trabajan directamente en este contexto, asegurando que las regulaciones sean pertinentes y efectivas.
Por todas estas razones, la reglamentación de la modalidad de Educación en Contexto de Encierro es vista como una urgencia y un objetivo fundamental para garantizar una educación de calidad, adaptada, con continuidad y que dé verdaderas oportunidades de reinserción a las personas privadas de libertad que buscan cambiar sus destinos mediante los libros. Nada despreciable en estas épocas.
La educación en el Penal de Chimbas se presenta como una herramienta fundamental para la resocialización y una segunda oportunidad para las personas privadas de su libertad. Funciona a través de un sistema que, si bien está dentro del Servicio Penitenciario Provincial (SPP), depende del Ministerio de Educación en cuanto a la educación formal.
Radiografía de la escuela en el Penal de Chimbas
El 23 de agosto se publicó en TIEMPO DE SAN JUAN el informe especial titulado "Almas libres tras las rejas: cómo la educación reconstruye vidas en el Penal de Chimbas", que describió por primera vez y con testimonios de sus protagonistas, es decir, docentes y alumnos del SPP, cómo funciona la educación en la cárcel sanjuanina.
La oferta educativa abarca tres niveles principales:
El Nivel Primario lo brinda la escuela Juan Godoy de Brandes, que está dentro de Educación Especial, dirigido por Mancinelli. Ofrece tres cursos en el turno mañana, con entre 105 y 110 estudiantes de un total de 160 vacantes. Para ingresar, se realiza una preinscripción y se evalúa la trayectoria educativa de cada persona. Existe una alta movilidad y deserción en este nivel.
El Nivel Secundario lo ofrece el CENS San Juan de Dios, que depende de Educación de Adultos. Funciona en el turno tarde con ocho cursos en su área, más cursos adicionales en los Sectores 2 y 4, sumando un total de 10 cursos por la tarde. Hay alrededor de 50 estudiantes en primer año (de 60 vacantes) y unos 40 entre segundo y tercer año. La dinámica en el Secundario muestra más responsabilidad y constancia de los alumnos. Se requiere que el estudiante pueda permanecer al menos tres años dentro del SPP para comenzar y terminar el CENS, dado que la modalidad interna no se encuentra afuera y se busca no perder la vacante.
Al Nivel Universitario/Terciario se accede a través de convenios con la Universidad Nacional de San Juan (UNSJ) y la Universidad Siglo XXI (arancelada). Actualmente, hay 8 estudiantes, la mayoría optando por Abogacía, aunque también hay carreras como Administración de Empresas, Contabilidad e Higiene y Seguridad. Para la Siglo XXI, se necesita autorización judicial para el acceso a la plataforma e internet, y que familiares cubran los costos. La UNSJ tiene una prueba piloto con tres estudiantes para carreras presenciales o como alumnos libres, ya que aún no ofrece virtualidad como medio de formación viable. La continuidad de estudios universitarios es posible después de la liberación, con casos exitosos de egresados.
Respecto de la infraestructura y recursos, la recorrida mostró que las aulas son externas a los pabellones pero dentro del perímetro de los sectores 2 y 4. A pesar de que Primaria y Secundaria están en el mismo espacio por falta de recursos, se intenta delimitar las áreas. Los alumnos cuentan con aulas, diversos espacios, útiles y docentes. Para los universitarios, hay un espacio con computadoras y acceso virtual en el módulo de la División de Educación. La comunicación y gestión de exámenes con las universidades las realiza la División de Educación. La directora Mancinelli destaca que el espacio es insuficiente, lo que a veces obliga a agrupar grados, una situación "no ideal" para alumnos analfabetos que necesitan enseñanza personalizada.
Un dato interesante es el Programa que podría denominarse "Presos Enseñando a Presos". Desde hace poco, se implementa esta iniciativa de alfabetización mediante la cual los propios internos son los educadores. Estos alfabetizadores enseñan procesos de lectoescritura, el manejo de dinero y números a otros presos, muchos de los cuales no saben leer ni escribir. El equipo pedagógico del SPP coordina los contenidos y realiza el seguimiento. La selección de los alfabetizadores se basa en su nivel de formación (Secundario completo o superior) y experiencia. Este programa, que es una experiencia piloto, busca que el aprendizaje sea algo cotidiano y rutinario dentro de los pabellones, apoyándose en libros y material específico.
Historias de vidas en cambio
A TIEMPO DE SAN JUAN, tres internos del Penal que estudian le contaron sus historias y lo que sienten al poder estudiar. Cuando se les preguntó qué es la educación para ellos, respondieron así:
Para Emanuel (Primaria), "la escuela es un aire nuevo. Te sentís con una libertad y podés hacer cosas distintas, es como que no te sentís encerrado". Reflexiona que "el estudio siempre te hace mejor en todo sentido. Aun cuando uno se ha equivocado". Para él, la educación es "Todo. Lo que me va a permitir ser mejor persona, lo que me va a permitir relacionarme con la gente, con mi familia, no una mente tan cerrada, sino una mente más abierta".
Nahuel (Secundaria) asegura que "a pesar de lo malo que es esto, me cambió una banda de pensamiento, totalmente". Para él, "estudiar es algo lindo y es algo que te ayuda a progresar". Además, "me cambia todo sentido, en el pensamiento, en ser mejor persona, en el sentido de pensar que estoy ayudando mi familia, mostrándoles que estoy estudiando, que no estoy peleando, que no estoy haciendo cosas malas y que estoy haciendo cosas buenas".
Luis (Universitario) sostiene que hay dos formas de salir de la cárcel: "o salías mejor persona o salías peor de lo que entraste. Entonces opté por el camino de salir mejor persona". Para él, que le falta poco para recibirse de abogado, la educación "Es todo. Es transformadora. es liberadora, es generadora de oportunidades, ha sido una de las bases fundamentales para mi resiliencia".
Docentes "ángeles"
Las docentes del Penal de Chimbas, lideradas por la directora de Primaria Daniela Mancinelli, desempeñan un papel crucial y enfrentan desafíos únicos.
Ni hablar de la vocación y dedicación que les reconocen sus alumnos. Emanuel describe a sus maestros como "ángeles" que tienen "mucha paciencia para nosotros... con mucho amor, más allá de lo del pizarrón, la entrega que tienen hacia nosotros, que nos tratan de la manera que corresponde, nunca con el dedo acusador, nunca con la manera de menoscabar, siempre alentándonos, con esperanza".
La directora confiesa que para ellas es una alegría encontrar ex-alumnos que les dicen que "lo único lindo que vivimos fue los momentos de la escuela" o "aprendí a leer escribir". Ellas llenan con su paciencia todos los huecos que deja el sistema y "creen en las segundas y terceras oportunidades, por eso venimos", dicen.
Mancinelli tiene un título especial de "irregulares sociales y minoridad institucionalizada", una carrera creada en los ‘80 que ya no se imparte, y solo quedan tres docentes con ese título en la escuela. Esto genera preocupación sobre el futuro de la escuela a medida que los docentes se jubilen, pues para titularizar en este servicio era indispensable ese título especial.
Es un trabajo muy especial el de estas docentes, que pasan por requisas diarias, deben dejar su DNI y llaves, y cualquier ingreso de material debe estar autorizado.
Trabajan con el mismo diseño curricular que una Primaria regular, pero en un contexto de "una institución que está dentro de otra institución".
A pesar del encierro, estas docentes se esfuerzan por hacer de la escuela "el espacio de libertad que ellos no tienen". Es que en la escuela nadie está esposado, los presos tienen recreo y actos, y disfrutan de un trato diferente al del personal del SPP. Las maestras buscan que los alumnos sean "libres de pensar, de soñar, de decir lo que sienten", y a menudo los contienen emocionalmente cuando llevan un problema al aula. Consideran la educación, mirando a esos particulares estudiantes, como "lo único que puede ofrecerles una puerta para cambiar sus vidas y tener otras expectativas de cambiar sus destinos".