La plausible costumbre del debate entre candidatos a gobernador que tiene Mendoza chocó esta vez con un formato que los medios criticaron casi por unanimidad. Solamente Mendoza Online rescato el evento, calificándolo como “tenso”, lo que comparado con las posiciones del resto de los medios es un elogio.
El sitio hizo referencia fundamentalmente a “los exsocios de Cambia Mendoza se volvieron a ver las caras tras mucho tiempo”.
Las citas a “los candidatos de Elegí, Omar Parisi; del Frente de Izquierda y de Trabajadores-Unidad, Lautaro Jiménez; y del Partido Verde, Mario Vadillo”, quienes “también asistieron” fueron mínimas.
El medio destacó, sí, una perlita que no apareció en otros sitios, y debe haber sido de lo más divertido del encuentro. Cuando el PRO disidente Omar De Marchi señaló a Cornejo, en crítica a una política pública, que “llevan ocho años”, la esposa de Parisi, el candidato de Elegí, gritó desde la tribuna: “¡Llevamos!”, para impedirle a De Marchi quitarse responsabilidades sobre una administración en a que fue una pieza importante durante mucho tiempo.
En la nota de fondo, Mendoza Online replicó la evaluación de un consultor que, tras el debate al que consideró como “un formato flojo”, consideró que los que salieron peor parados fueron “los ciudadanos”, que asistieron a un debate “con pocas interacciones y sin contundencia”.
Diario Uno no ahorró críticas ni al debate, a su formato, ni a las participaciones de los candidatos. “La mayoría de los candidatos que pretenden llegar a la gobernación apostó a la remanida chicana para desnudar las falencias de sus contrincantes”, señala la periodista Rosana Villegas.
Para la analista, el debate que “dejó gusto a poco”, y sólo consiguió que el espectador se fuera “a dormir decepcionado y con más dudas que respuestas”.
Este medio insistió con un mal formato de debate en el que los candidatos “no tenían permitido preguntarse entre sí, ni responder si el candidato que lo antecedía lo aludía directamente, con lo cual varias de las chicanas, sobre todo las que tenían que ver con datos de presupuesto o estadísticas, parecían tiradas al vacío, ya que ninguno pudo contestarlas ni refutarlas, en el supuesto caso de que hubieran sido erradas o falsas o armadas sólo para que sonaran bien”.
Resaltaron que hasta el mismo presidente de la Suprema Corte y de la Junta Electoral, Dalmiro Garay, admitió esta debilidad del nuevo debate, cuando reconoció al término del evento: "Vamos a ver la posibilidad de que en el próximo debate haya una interacción más clara entre los candidatos".
En cuanto al contenido, Uno tuvo poco para decir, acentuando el análisis sobre la controversia entre Cornejo y De Marchi, los protagonistas excluyentes de las elecciones de este domingo.
El diario El Sol, desde la presentación de su editorial, no dejo dudas de lo que le dejó el debate: “Debates eran los de antes”, tituló.
“Mendoza atrasa, en más de un sentido. Lo que ocurrió este domingo por la noche en el estudio del espacio Julio Le Parc fue una muestra más de esa crisis institucional que atraviesa a la provincia. Un debate que no fue debate, obligatorio por ley y organizado por la Junta Electoral, que sirvió de poco y nada. Mucho más de lo segundo”, evaluó, lapidario.
En cuanto a la actuación de los candidatos sólo rescató al postulante de la Izquierda Lautaro Jiménez, que “aprovechó sus momentos para presentar sus planes”, aunque “con un tono monocorde”.
A Cornejo lo vio “medido”, pero evidenciando sus problemas con la exposición televisiva, cayendo en la “repetición de ideas” y un “mal manejo del tiempo”.
Sobre de Marchi, destacó la buena oratoria, pero lo mostró demasiado enfocado en “sacar” de quicio a Cornejo.
Como nota disruptiva que vale la pena destacar, citamos una nota de análisis del periodista de El Sol, Marcelo Torrez. Tras reconocer que al debate se lo consideró “desde plomo hasta ridículo”, evaluó que la falta de interés que despertó tiene menos que ver con el formato o los candidatos, que con la apatía ciudadana, a la que criticó.
A pesar del “enojo e indignación y unas ganas bárbaras de que todo explote y se vaya al mismo demonio, nada justifica la falta de compromiso para saber qué tenemos en el menú y qué puede ser lo mejor entre lo que la política está ofreciendo”, apuntó.
“Probablemente para dentro de cuatro años la organización de lo que se trata ni más ni menos que de una exposición de los candidatos por lo visto el domingo, tenga que revisar el formato y buscar la manera de que sea más productivo para el elector, pero ¿por qué obligar al Judicial a montar un show?”, concluyó.
El diario Los Andes, la terminal mendocina del grupo Clarín, cargó contra todos, candidatos y formato del debate. Sobre los aspirantes a la gobernación lamentó que se centrarán en “las culpas ajenas”.
Para Los Andes el debate fue el lugar “donde la culpa la tuvo el otro”, concepto que “pesó más que los aportes que cada candidato puede ofrecerle a una Mendoza en crisis dentro de un país en crisis”.
Sobre el formato “que hay que rever”, coincidió con la mayoría de las opiniones de los sitios colegas: “Era lo mismo que hubieran estado presencialmente todos juntos o que hubieran sido grabados”.