En la sesión 26 del segundo mega juicio por delitos de lesa humanidad hubo un testigo que complicó la situación del represor Jorge Olivera: lo ubicó como el "jefe del pabellón de presos políticos" en el Servicio Penitenciario Provinicial en la última dictadura cívico militar.
Se trata del dirigente del gremio de los obreros mineros, Juan Bautista Ripoll, quien fue detenido ilegalmente y torturado después del allanamiento a la sede gremial.
El dato de Ripoll es clave en la causa porque ubica a Olivera en funciones ilegales.
Por otro lado, el Tribunal Oral Federal de San Juan informó que en la audiencia del próximo lunes decidirá si otorga o no el increíble pedido que hizo el represor Olivera: pasar las fiestas de fin de año y las vacaciones de verano en Campo de Mayo, Buenos Aires.
Cabe recordar que en julio de 2013, después de que fuera autorizado para realizarse supuestos estudios médicos en el Hospital Militar Central en Capital Federal, Olivera se fugó y pasó años en la clandestinidad.
El fiscal federal general Francisco Maldonado informó que, en su opinión, no se le debe conceder el pedido de Olivera. De todas maneras, el representante del Ministerio Público Fiscal Federal informó que aún el tribunal no le corre vista formalmente.
Finalmente, el tribunal volvió a pedir a las partes que depure el listado de testigos previstos para el mega juicio. Y fijó una fecha definitiva para conocer de quiénes prescindirán: el próximo 5 de febrero de 2018.