Doblegar su propia marca. Eso parece ser lo único que le queda a José Luis Gioja para alcanzar en las elecciones de mañana, el triunfo asegurado pero con matices por definir: si traslada al escrutinio lo que insinúan las encuestas, el sanjuanino será el más votado en la provincia desde el regreso de la democracia en 1983 y hasta tiene chances de vulnerar la marca histórica fijada por Federico Cantoni en 1931.
¿Y quién fue el gobernador más votado desde el final de la dictadura hace 28 años? Él mismo. Hace 4 años, José Luis Gioja resultó reelecto con el 62 por ciento de los votos, convirtiéndose en récord de este período democrático y fijando una cifra que se advertía difícil de ser igualada. Hoy, cuatro años después, se encuentra en las puertas de superarla con holgura si consigue traducir en realidad el 70% que mide en los días previos.
Incluso, la cifra más importante de la historia para una elección en la provincia la alcanzó el propio Gioja hace dos meses, cuando en las primarias estableció un 69% de votos y sobrepasó por 7 puntos a su elección de 2007 y por dos a la de Federico Cantoni. Claro que aquella vez no fue una elección general y será mañana cuando deberá traducir esas cuentas. Por caso, los encuestadores pronostican que dentro del escaso margen para mejorar que ofrece una cifra tan alta, en el lapso que transcurrió entre la primaria de agosto y la general de mañana pudo haber incrementado algo ese caudal.
En 2007, la fórmula Gioja-Uñac había marcado un record en décadas doblegando a otro gobierno que había sido un fenómeno en las urnas, como el de Alfredo Avelín y Wbaldino Acosta que había llegado a caballo de la Alianza que derrotó a Escobar en San Juan y a Duhalde a nivel nacional. Y de la de Jorge Escobar con Rogelio Cerdera cuando buscó y obtuvo la reelección con casi la mitad de los votos válidos.
Fuera de ellos, todos los gobiernos que surgieron de las urnas desde el 83 hasta ahora llegaron con la debilidad de fuertes pulseadas electorales que se resolvieron de manera muy ajustada. Como el caso de Leopoldo Bravo en ese mismo 1983 que consiguió asomar la nariz por encima de la fórmula alfonsinista arrasadora en la presidencial, el de Gómez Centurión –otro bloquista- que apenas sobrepasó el 30%, lo mismo que el propio Escobar en su primera elección. Incuído Gioja, que llegó al poder en 2003 con apenas el 39% de los votos, superando a su mismo rival de hoy, Roberto Basualdo.
¿Y cuál será en puestos electorales la consecuencia de obtener 8 puntos más que en la elección del 2007, y más también? En realidad, poca. Y la razón es que la perfomance de hace 4 años resultó muy difícil de igualar y marcó un hito en la historia democrática. Aquel día, Gioja obtuvo para el período que está terminando ni más ni menos que el 100% de los intendentes y diputados departamentales –con la aclaración de que los de Iglesia pertenecen al Bloquismo, aunque reportan al oficialismo-, 30 de las 34 bancas en el parlamento provincial –dos de ellos bloquistas pero alineados con el gobierno- y los 3 diputados nacionales en juego –uno de ellos Bloquista-. A diferencia de 2007, este año se eligen senadores, pero allí no hay receta matemática más que el que gana saca dos y el que sale segundo saca uno. No importa si el que gana lo hace por 99%, por lo tanto no hay forma de que el oficialismo incremente por esa vía el número.
A diferencia de las categorías en las que no puede crecer, como diputados nacionales, senadores nacionales o intendentes, en la que sí puede incrementar el número a fuerza de votos en el los Concejos Deliberantes de los municipios. Hoy, el gobierno dispone de 80 ediles que le responden en todos los departamentos de un total de 127. En este turno, la cuenta puede resultar ampliada considerablemente. Como ejemplo, los dos departamentos más grandes de la provincia: en Rawson, el giojismo está en minoría y ahora podría sacar 9 de los 12 concejales, mientras en Capital tiene 5 –más dos bloquistas que suelen votar en contra- y ahora puede soñar con conquistar 8.
El otro rubro en el que puede sumar es en la Legislatura. Hoy tiene 30 que le responden -28 del PJ y dos bloquistas- y los números que se proyectan indican que estaría en lo mismo, más la posibilidad de uno más si consigue los 19 departamentales y del conteo por sistema D´Hont se cae alguno más para su lado.
Y si semejante cifra hipotética cercana a los 70 puntos porcentuales no sirve para aumentar la representación en cargos obtenidos en las urnas, entonces para qué sirve? La respuesta hay que buscarla por el lado del poder real, que vuela muy encima de los cargos.
Dos apuntes importantes. Uno, que en la mayoría de los rubros no se puede sumar más porque es imposible superar la totalidad de lo disponible. Otro, que cargo más o cargo menos, lo que encandila es la cifra como hecho fundacional de un gobierno que recién comienza. Si validara ese contundente 70% que marcan los estudios previos, Gioja estará ante un escenario que además de ser histórico por significar la cifra jamás alcanzada por ningún candidato a gobernador en la provincia, será además una carta de presentación irremplazable para los próximos cuatro años.
Conocen quienes habitan la política que el poder se construye con los números. Y la cifra que puede obtener el gobernador en su segunda reelección –una nueva particularidad, después del desgaste del ejercicio del poder- funciona como un oxígeno sin precio. ¿Para qué sirve? Para mantener el centro de las decisiones, para reclamar lealtad y compromiso a quienes ingresaron en las boletas favorecidos por su impulso, para evitar conflictos mostrando la aureola de la bendición popular, para que no se desplace el eje del poder hacia ninguno de los dirigentes emergentes. Y para los libros de historia, lógicamente, aspirina para el olvido.
Además de la más importante de todas. Seguir presente en materia política aún sin estar al frente del gobierno, como sucedió con los grandes hombres de la política nacional o provincial. Por caso, Perón y Cantoni. Convertirse en una marca, en una palabra con un significado claro y durabilidad en el tiempo, algo que –obvio- no es para muchos.
Al menos, para ser escuchado con voz determinante al momento de elegir al sucesor, cuando la voluntad, el paso del tiempo o simplemente alguien que haya sido más en las urnas, determinen el cambio de la historia.
lunes 18 de marzo 2024