Luego de que la justicia elevara la causa del ladrillazo mortal a juicio, el cambio de calificación del homicidio sorprendió e hizo estallar de bronca a la familia de la víctima, Gonzalo Martínez. Es que la acusada, Gabriela Macarena Núñez, podría ser condenada por una pena menor a la que esperaban.
Aunque en un principio la acusación era de homicidio agravado por el vínculo y alevosía, finalmente la fiscalía pidió que la imputada fuera condenada por el delito de homicidio preterintencional, lo que supone, en caso de resultar penada, un castigo menor.
Es que la primera calificación, el Código Penal impone la prisión perpetua mientras que la segunda imputación y por la que el Ministerio Público solicitó la elevación a juicio prevé 15 años como máximo.
Fue por esto que los familiares, a través de la hermana del joven asesinado, se manifestaron molestos por la decisión del fiscal Francisco Micheltorena. En sus redes sociales, Romina Martínez posteó: “Queremos justicia y justicia es perpetua”.
Con el eslogan que siempre expresó, la familia del chico que murió tras recibir el impacto de un ladrillo que Núñez le lanzó insistió con que “la violencia no tiene género”. Además, señaló sobre la acusada: “Siempre fue una mentirosa, manipuladora y psicópata. Las pericias psiquiátricas confirmaron que es un peligro, tanto para ella como para la sociedad”.
En el cierre de la investigación, la defensa de la imputada -encarnada por Filomena Noriega- pidió que su patrocinada fuera sentenciada con el atenuante de la emoción violenta. Ese delito prevé una pena que va de 3 a 6 años.