Un tribunal condenó a 13 años de cárcel al carnicero de Calingasta que sometió sexualmente a una adolescente durante casi 4 años y hasta la filmaba mientras la abusaba. También sentenció a 10 años y 6 meses de prisión a la abuela de la víctima, quien era la que entregaba a cambio de favores y dinero y que, además, la golpeaba.
Así se cerró, en parte, la terrible historia de esa adolescente de 15 años que sufría los sometimientos de su abuela –no se la nombra para preservar a la víctima- y del carnicero calingastino Eduardo Héctor Soria, de 50 años.
En el juicio oral y público quedó acreditado que el carnicero empezó a acercase a la niña desde que ésta tenía 11 años y se aprovechó de la inmadurez sexual de ella para someterla a sus perversidades. El hombre empezó a violarla desde los 13 años y se sentía el “novio”.
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El tribunal. El veredicto condenatorio fue dictado por los jueces Alberto Caballero (al centro), María Gema Guerrero y Federico Rodríguez.
En su declaración, el carnicero dijo que “se enamoró de la piba” y, aunque admitió que sabía que no estaba bien lo que hacía, “con ella se sentía un joven de 17 años”, describió la fiscal Valentina Bucciarelli, quien impulsó la acusación con el ayudante fiscal Nahuel Ibaceta de la UFI ANIVI.
En el debate también se demostró que la abuela sabía de esos continuos abusos. Es más, ella hacía de entregadora de la niña y recibía obsequios o dinero por parte de Soria, a cambio éste se la llevaba. La mujer, de 61 años, dominaba y manejaba a la adolescente para corromperla sexualmente. Eso fue hasta que la chica se cansó tras una de sus palizas y el 6 de abril pasado fue a denunciar a la Policía y contó todo lo que padecía.
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Las partes. A la izquierda, la fiscal Valentina Bucciarelli junto al ayudante fiscal Nahuel Ibaceta (de pie, con el sobre) de la UFI ANIVI. En el medio, el abogado Jorge Olivera Legleu junto a sus colegas Mario David Morán y José Luis Guidet Montilla (a la derecha).
Los abogados Jorge Olivera Legleu y Mario David Morán, los defensores de Soria, al igual que José Luis Guidet Montilla, el defensor de la abuela, sostuvieron la inocencia de los dos acusados y pidieron la absolución. Los letrados consideraron que no existían pruebas para condenarlos. Los fiscales, en cambio, pidieron 18 y 15 años de prisión, respectivamente.
El tribunal compuesto por los jueces Alberto Caballero, María Gema Guerrero y Federico Rodríguez declararon culpables al carnicero calingastino Eduardo Héctor Soria a la pena de 13 años de cárcel por los delitos de promoción de la corrupción de menores, agravado por la edad de la víctima; abuso sexual con acceso carnal, agravado por el aprovechamiento de inmadurez sexual de la víctima, y producción de imágenes de abusos sexuales contra menores –pornografía infantil-, todo en concurso real.
A la abuela la castigaron con 10 años y 6 meses de prisión por el delito de facilitación de la corrupción de menores y lesiones leves, ambos delitos gravados por el vínculo. Los dos fueron trasladados al penal de Chimbas.
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Ante el tribunal. La mujer de 60 años y el carnicero de Calingasta frente a los jueces.