En la tarde de este viernes, la Justicia sanjuanina condenó 8 años y 6 meses de prisión en el Penal de Chimbas a Lautaro Facundo Flores, el joven de 20 años que intentó asesinar a dos vecinos en Santa Lucía. Además, la semana pasada protagonizó un escándalo en Tribunales, al quejarse de un supuesto maltrato por parte de la Policía.
Flores recibió una pena de 5 años y 6 meses por homicidio simple en grado de tentativa, tras un hecho ocurrido en mayo de 2024 en Santa Lucía. A esta condena se sumaron 3 años más por un proceso en el Procedimiento Especial de Flagrancia, luego de que prendiera fuego el automóvil de una de sus víctimas. El Ministerio Público Fiscal, encabezado por el fiscal de la UFI Delitos Especiales, Sebastián Gómez, había solicitado una pena de 10 años de prisión para Flores, argumentando el agravante del uso de un arma de fuego en el ataque.
El acusado había sido detenido en mayo de 2024 tras disparar contra dos jóvenes que se encontraban dentro de un auto. Los proyectiles impactaron en el vehículo y en una vivienda cercana donde había niños. Tras el ataque, Flores se dio a la fuga y estuvo prófugo por varios días hasta que finalmente fue capturado por las fuerzas de seguridad.
Durante el juicio, se presentaron pruebas contundentes que demostraron la intención homicida de Flores. Entre ellas, un mensaje que envió a un amigo luego del ataque en el que lamentaba no haber aprovechado la "oportunidad" cuando "los tenía regalados". Además, se confirmó que el joven había incendiado el auto de una de sus víctimas en un hecho previo, lo que derivó en su condena por Flagrancia.
El inicio del juicio estuvo marcado por un incidente protagonizado por el propio Flores. En la primera audiencia, el pasado jueves 27 de marzo, el acusado alteró el orden en los pasillos de Tribunales al quejarse de un supuesto maltrato policial, situación que fue desmentida por registros fílmicos de la alcaidía. Según fuentes judiciales, el revuelo se debió a que el patrullero de la Comisaría 29° no lo había pasado a buscar tras la audiencia, lo que desató su enojo y reclamos, alegando que debía regresar a su domicilio para cuidar a su abuelo, condición que le había permitido acceder a la prisión domiciliaria durante la investigación.