El 17 de abril de 2001, el inmueble de calle Rivadavia se convirtió en escenario de una toma de rehenes que mantuvo en vilo a toda la provincia. Hoy, 24 años después, aquel episodio sigue siendo uno de los más recordados de la crónica policial local, no solo por la violencia y el nivel de tensión que generó, sino porque pudo haber terminado en tragedia.