El conflicto por el camino que deberán usar los camiones de la mina Hualilán para trasladar el mineral hasta la planta de producción de lingotes de Casposo, en Calingasta; sumó en las últimas horas nuevos elementos políticos y técnicos que reconfiguran el escenario.
Es que fuentes del gobierno informaron que la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) que le concedió el permiso de producción a la mina Hualilán hace más de un año exigía que la empresa presentara dos alternativas de ruta y no lo hizo. Ante la tensión surgida en Calingasta, el Gobierno provincial envió este jueves un equipo técnico a evaluar la opción de la ruta El Puntudo, mientras los plazos del proyecto minero comienzan a demorarse.
Reunión en Calingasta
Ayer en la tarde en Calingasta, el intendente Sebastián Carbajal junto a empresarios locales, prestadores turísticos y representantes de distintas cámaras mantuvieron una reunión que terminó con la firma de un acta.
En ese documento los participantes rechazaron el tránsito de camiones por la zona urbana –concretamente la avenida Argentina en la villa, que pasa por el hospital, dos escuelas y monumentos históricos-, y pidieron formalmente que el municipio gestione una alternativa.
Hubo planteos por el impacto en la actividad turística, preocupación por la seguridad vial dentro del casco urbano y llamados a que el municipio “defina una posición clara” frente al proyecto. El acta dejó al intendente políticamente alineado con el reclamo local, fijando el camino El Puntudo como el ideal para los camiones mineros, aunque sin facultades para modificar por sí solo el trazado.
Pero mientras la discusión política seguía escalando, este jueves apareció un dato nuevo que cambia la interpretación del conflicto. Fuentes del Gobierno provincial confirmaron que la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) del proyecto no establecía una ruta obligatoria por la ciudad, sino que exigía a la empresa presentar dos alternativas de acceso para su evaluación.
Ese requisito, fundamental para la planificación del circuito logístico, nunca fue cumplido por la operadora, según indicaron voceros oficiales.
Hualilán, ubicada en Ullum; pertenece a la minera Challenger Gold y su plan es producir el oro en la planta de otra mina Casposo, en Calingasta. El multimillonario empresario Eduardo Elsztain es el dueño de Casposo y principal accionista de Hualilán.
La evaluación ambiental
El dato es relevante porque en la audiencia pública realizada en 2023 -donde se debían expresar objeciones al tránsito de cargas- la Municipalidad y los vecinos no plantearon oposición formal. Sin embargo, si la empresa omitió presentar las alternativas requeridas por la DIA, la evaluación ambiental no estaría completa, y la responsabilidad por la falta de definición no recaería sobre la comunidad, sino sobre la operadora minera.
En medio de este escenario, el Gobierno provincial, que busca evitar un choque político con un intendente del PJ, envió esta mañana un equipo técnico a recorrer el camino de El Puntudo como posible trazado.
Las consecuencias
Pero lo cierto es que informe técnico llevará su tiempo e incluso podría extenderse algunos meses, porque cada ruta debe ser evaluada en términos de seguridad vial, impacto ambiental, etcétera. Incluso el trazado de El Puntudo, en el caso de que llegue a elegirse como ruta del oro debería repararse en algunos tramos.
La consecuencia inmediata es que la definición del camino se retrasa, y con eso también la puesta en marcha del circuito productivo entre Hualilán y la planta de Casposo. Para la empresa, el tiempo empieza a pesar; para el municipio, la presión social crece; y para el Gobierno, el conflicto se volvió un factor que debe resolverse lo antes posible, teniendo en cuenta que en el medio hay al menos 200 fuentes de trabajo en suspenso, además de lo que significa en la economía provincial la reactivación de la mina.