Con la llegada del buen tiempo y el aumento de las temperaturas, la primavera es el momento ideal para preparar tu huerto. Esta estación trae consigo las condiciones perfectas para que muchas hortalizas de hoja y de fruto comiencen a germinar y crecer con fuerza.
Si estás pensando en empezar un huerto o quieres sacarle el máximo provecho al que ya tienes, a continuación, te presentamos una lista de las verduras que puedes sembrar en esta temporada.
Verduras de siembra directa
Algunas hortalizas no necesitan pasar por un semillero y se pueden plantar directamente en el suelo o en macetas. Son ideales para quienes buscan resultados más rápidos y un proceso más sencillo. Entre ellas se encuentran:
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Lechuga: Perfecta para ensaladas frescas. Se siembra directamente y, en unos dos meses, podrás comenzar a cosechar sus hojas.
Zanahoria: Fácil de cultivar, esta hortaliza de raíz se siembra directamente en la tierra.
Rabanitos: De crecimiento rápido, los rabanitos son una excelente opción para principiantes.
Acelga: Esta verdura de hoja es muy resistente y se puede cosechar escalonadamente a lo largo de la temporada.
Espinacas: Se desarrollan rápidamente con el sol y el clima cálido de la primavera.
Verduras que necesitan semillero
Otros cultivos, especialmente los de fruto, requieren comenzar en un semillero para proteger a las plántulas del frío inicial y asegurar su correcto desarrollo antes de ser trasplantadas al huerto.
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Tomate: Una de las hortalizas más populares. Se siembra en semillero para luego ser trasplantado a un lugar con abundante sol.
Pimiento y berenjena: Estos vegetales requieren bastante luz solar, por lo que la primavera es el momento ideal para iniciar su cultivo en semilleros.
Calabacín y pepino: Aunque también se pueden sembrar directamente, iniciar con un semillero ayuda a asegurar un buen comienzo para estas plantas.
Consejos para un huerto exitoso
Para que tu huerto prospere, es fundamental prestar atención a algunos factores clave:
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Sol y espacio: Asegurate de que tus plantas reciban un mínimo de 6 horas de sol directo al día. Además, mantené una distancia adecuada entre cada planta para que no compitan por los nutrientes y el espacio.
Riego: La primavera suele ser más cálida, así que mantené el sustrato húmedo, pero evitá encharcamientos que puedan dañar las raíces.
Abono: Un suelo rico en nutrientes, con compost o abono orgánico, es esencial para que las plantas crezcan sanas y fuertes.