Para que la tierra de tus cultivos o jardín florezca, especialmente en el clima semiárido de San Juan, es crucial saber cómo y con qué abonarla. Un suelo bien nutrido no solo garantiza plantas más sanas y fuertes, sino que también optimiza el uso del agua, un recurso valioso en la provincia.
Aquí se exponen cinco consejos esenciales para abonar tu tierra de forma efectiva:
1. Conocé tu suelo antes de aplicar el abono
Antes de aplicar cualquier abono, es vital entender las características de la tierra que tienes. En San Juan, los suelos de los jardines suelen ser arenosos y con baja retención de materia orgánica. Esto significa que necesitan nutrientes que mejoren su estructura y capacidad para guardar agua. No usés un abono al azar; buscá opciones que realmente enriquezcan tu terreno.
2. Preferí el compost y el guano
La materia orgánica es la clave. El compost (hecho de restos vegetales y de comida) y el guano (bien descompuesto) son los mejores aliados. Estos abonos no solo aportan una gran variedad de nutrientes, sino que también mejoran la estructura del suelo, haciéndolo más poroso y aireado. Esto es fundamental para que las raíces se desarrollen correctamente y el agua se absorba de forma eficiente. La utilización de lombrices también es un punto a favor.
3. Aplicá los abonos en el momento justo
La mejor época para abonar es antes de la siembra o plantación, durante el otoño y el invierno. Esto le da tiempo a la materia orgánica para descomponerse y a los nutrientes para integrarse en el suelo. Durante la temporada de crecimiento, podés hacer aplicaciones más ligeras y superficiales, como con abonos líquidos, para dar un "empujón" a tus plantas.
4. No te excedás
Abonar en exceso puede ser tan perjudicial como no hacerlo. Un exceso de nutrientes, especialmente los químicos, puede quemar las raíces de las plantas y contaminar el suelo y el agua subterránea. Si usás abonos orgánicos como el compost, la posibilidad de pasarte es menor, pero siempre es bueno ser moderado. Una capa de 3 a 5 centímetros de compost es suficiente para comenzar.
5. Combiná la materia orgánica con abonos minerales
Si bien el compost es ideal, a veces es necesario complementar con un abono mineral o de síntesis, especialmente si tus plantas muestran deficiencias específicas. Por ejemplo, si ves hojas amarillas, podría faltarles nitrógeno. Consultá en un vivero local para saber qué tipo de fertilizante mineral es el más adecuado para lo que vas a cultivar, pero siempre priorizá la base orgánica para mantener un suelo saludable a largo plazo.