Es pasado el mediodía en la esquina de Libertador y Urquiza en la víspera de la primavera de San Juan. Entre semáforo y semáforo, se escucha una musiquita alegre y tras ella se descubre una flaquita ataviada con un equipo deportivo muy colorido que toca el acordeón con mucha onda, para luego pasar la gorra entre los condutores y conductoras que disfrutaron por unos segundos de su particular arte.
Aunque su documento diga que es mendocina, Sol Lucero se siente "casi sanjuanina", y tiene motivos de sobra para hacerlo. Esta música y docente de 31 años, oriunda de San Rafael, lleva en su sangre y en su historia un profundo vínculo con San Juan, una provincia que visita con frecuencia y donde se siente como en casa. Su apellido la delata: es nieta de Pedro Mario Lucero y de Asunción, históricos vecinos de Jáchal, lo que la conecta directamente con una de las identidades más fuertes de la provincia.
"Tengo muchos primos, tíos, familiares. Soy como una sanjuanina por adopción", afirma con una sonrisa, reconociendo esa particularidad local, porque los jachalleros tienen como una identidad muy propia, suelen decir que no son sanjuaninos, son jachalleros. Esta conexión familiar es uno de los imanes que la atraen constantemente a la provincia, aunque sus visitas suelen ser fugaces, aprovechando cada oportunidad para conectar con sus raíces y con la vibrante escena cultural local.
Se autodefine como una "cantautora nómada". Su nombre completo es María Sol Lucero, pero en el mundo artístico se presenta como Chilliandina, un nombre que "nació del sentido del humor y también con el tema de la identidad de los Andes". Con ese seudónimo comparte su proyecto artístico tanto en escenarios como en la calle, un formato que le permite la libertad de viajar y moverse constantemente. Aunque su base de operaciones sigue siendo San Rafael, su música la ha llevado por Chile, Buenos Aires, Neuquén y Santa Fe, siendo San Juan una parada recurrente y fundamental en su mapa.
Música raíz consciente y medicina ancestral
Sol define su arte como "música raíz consciente". Se trata de una propuesta que va más allá del entretenimiento, buscando transmitir un mensaje profundo. Según explica, sus canciones son una fusión de estilos que abordan temáticas vinculadas a la cosmovisión de los pueblos, la ecología y Latinoamérica.
Su música está impregnada de un camino personal que ella describe como "caminar la medicina ancestral". Lejos de autoproclamarse chamana, aclara: "No soy chamana, y no sé si hay chamanes en estos territorios en las ciudades, porque es algo que se transmite de generación en generación desde muy chiquititos. Sí podemos ser caminantes de la medicina ancestral. Yo creo eso, así lo veo". Para ella, esta medicina se manifiesta en lo cotidiano y en el arte: "Medicina ancestral es el canto, la música es una medicina ancestral, la palabra, el círculo, el fuego. Una charla sincera es medicina ancestral".
Su repertorio es diverso, pero tiene un anclaje fuerte en la cumbia latinoamericana y el vals "de la vieja escuela", además de sus propias composiciones. Una de sus creaciones más destacadas es "La Cumbia Cantora", una canción de su autoría que recomienda especialmente y que se puede encontrar en las plataformas digitales bajo el nombre de Sol Lucero.
Embed - Lo Cura Video - Sol Lucero (Chilliandina)
El acordeón, su compañero
El instrumento que la acompaña en su viaje es un acordeón que compró en cuotas hace casi ocho años. La elección no fue casual. Sol, que también es profesora de música y tecladista, encontró en este instrumento una conexión especial con el público. "Me parece un instrumento que trae mucha alegría. O es así el repertorio que elijo, que la gente le llega alegría a través de la música me parece muy importante", comenta.
Dominar el acordeón no fue sencillo. Ella misma reconoce que "lleva un laburo de estudio de coordinación y creo que también como cada instrumento no tiene final". Curiosamente, su perfeccionamiento musical también la trajo a San Juan, donde encontró a su profesor de acordeón, Nico Reinoso.
Este vínculo académico y artístico se suma a su admiración por la escena local. Sol se sorprende por la calidad artística y humana de los músicos sanjuaninos, habiendo asistido a recitales de rap y escuchado a artistas locales varios o a la murga La Pericana en el Auditorio Juan Victoria, un escenario donde sueña tocar algún día. También hizo colaboraciones con músicos sanjuaninos.
"Me he sentido muy muy asombrada de los artistas de acá, muy bien recibida y muy tranquila", confiesa. "Se nota que hay una inversión en la parte cultural y se ve en los artistas", añade.
Con dos álbumes publicados y una carrera nómada que abraza la independencia, Sol Lucero, o Chilliandina, promete volver pronto a San Juan con nuevas fechas. Su música, cargada de identidad andina y mensajes conscientes, ya ha encontrado un segundo hogar en esta tierra, donde sus raíces familiares y artísticas se entrelazan al ritmo de una cumbia que suena a cordillera.
Embed - Sol Lucero Artista callejera en San Juan