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SUSCRIBITE“La cúpula de cristal” es uno de los thrillers policiales que más sorprendieron este año tras su estreno en Netflix. De qué se trata y cuáles son sus puntos fuertes.
"La cúpula de cristal", la serie de Netflix que atrapa por ocultar un gran misterio y un sorpresivo final.
Quienes han incursionado en el mundo de las producciones nórdicas saben que los misterios policiales son su especialidad. Este año irrumpió en Netflix una fiel exponente del género: “La cúpula de cristal”, una serie sueca de 6 capítulos de menos de una hora cada uno, que reúne todos los condimentos para ser vista de un tirón, hasta llegar a su escalofriante final.
Enfocada en el drama y el suspenso, enmarcados en los típicos paisajes fríos y depresivos, la historia comienza a desarrollarse cuando Lejla Ness (Léonie Vincent), una psicóloga forense, regresa al pueblo donde creció, tras la muerte de su madre adoptiva.
Ese retorno a sus raíces acentúa el trauma que arrastra desde niña, cuando vivió un hecho que marcó su vida para siempre: fue raptada por un sujeto al que nunca vio, quien la mantuvo cautiva dentro de una caja transparente, sometiéndola a un constante abuso psicológico. Aunque logró escapar, nunca pudo entender los motivos del hecho ni superar las secuelas de aquella experiencia, que terminó con la vida de su madre biológica. A raíz de ello, fue adoptada por Valter Ness (Johan Hedenberg), el entonces jefe de Policía que investigó su caso, y su pareja.
La serie es una historia original de Camilla Läckberg, una de las máximas referentes de la novela policial nórdica. Sus obras están disponibles en un centenar de 100 países y fueron traducidas a más de 60 idiomas.
Su compleja situación emocional se profundiza cuando, ya instalada en el pueblo, muere su mejor amiga de la infancia, mientras su hija es secuestrada. Al notar similitudes entre la nueva desaparición y su historia personal, Lejla se inmiscuye en la investigación, reviviendo su pasado mientras descubre pistas cada vez más espeluznantes.
Se trata de una serie que comienza de forma directa y, poco a poco, se despliega como si estuviera compuesta por capas de cebolla, revelando los secretos guardados durante décadas y las motivaciones ocultas de cada personaje, a la par del desglose del historial de secuestros en el pueblo.
El relato tenso y progresivo resulta eficazmente atrayente, ya que incrementa el misterio y genera la necesidad de seguir avanzando episodio tras episodio, con el objetivo de descubrir quién está realmente detrás de los perturbadores hechos.
A esto se suma la presencia de personajes bien construidos y una dirección visual en entornos que acompañan el tono de la narración, con silencios inquietantes que reflejan los traumas del pasado. De hecho, por momentos, la historia deja de ser un simple caso policial para adentrarse en los recuerdos que se intentan borrar, los vínculos rotos y la búsqueda de la verdad.
Si bien es cierto que en algunos tramos la trama se dilata, debido a que se cocina a fuego lento, la serie mantiene con solidez el juego de los múltiples sospechosos, sosteniendo la intriga a lo largo de todo su desarrollo. Y la espera termina valiendo la pena gracias a su inesperado desenlace, con un verdadero giro inesperado en el último capítulo que busca causar un fuerte impacto en el espectador.