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El experimento de angustia que casi convence: lo intenta, pero se le notan demasiado los hilos

“Harta”, la nueva película de Netflix que escaló rápidamente al ranking de las más vistas, tiene un planteo prometedor y un final. Pero, ¿es para tanto?

Por Daiana Kaziura

¿Viste cuando tenés mucho hambre y vas y te comprás una pomposa y prometedora bolsa de papas fritas, y la abrís y entonces se desinfla y descubrís que es treinta por ciento papas y setenta aire? Bueno, algo así sucede con “Harta”: entrás buscando un Spike Lee, pero terminás tragándote un Hallmark. Aunque la película se subió rápidamente a la ola, ubicándose entre las más vistas de Netflix en el mundo ni bien se estrenó, tiene algunos huecos que la hacen quedar a medias. Eso, más allá de su ingenioso final.

Uno podría haberlo visto venir, es cierto. El creador y padre absoluto de “Harta”, Tyler Perry, poderoso tanque de la industria del entretenimiento, una bestia salvaje de teatro y comedia además, es reconocido por, entre otros méritos, realizar 34 películas en 17 años. Lo prolífico no se lo quita nadie. Pero echar a andar semejante máquina, ¿deja tiempo para el meticoloso arte de construir la sutileza y la progresión?

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“Harta” abre con un paneo tan sugerente y sutil como una patada en las costillas. El diminuto departamento que alquilan en un barrio marginal Janiyah Wiltkinson (Taraji P. Henson) y su pequeña hija Aria (Gabrielle E. Jackson). Plano general corto de desorden, falta de higiene y pobreza. Reel de planos detalle: el plato con restos de sopa de supermercado, la muñeca tirada, las paredes descascaradas, los platos sucios apilados. El frasco de los remedios. El bendito frasco de los remedios. Aria está enferma, sufre convulsiones. Su mamá, cajera del súper, endeudada hasta la médula, no le alcanza ni para el alquiler, maltratada por su locadora y por su jefe odioso, comparte cama con su hija, que pasa hambre en clases porque su mamá no tiene los 40 dólares que la niña necesita para el mes de almuerzo escolar. Toda esa información es bombardeada en los primeros minutos de película. Janiyah no tiene respiro. Nosotros, viéndola, tampoco.

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Ok, arranca fuerte. Hay que ver a dónde nos lleva, cómo progresa, cómo empiezan a hilvanarse las sutilezas que le den clima a esta bomba de tiempo.

Pero no. “Harta” no progresa: transcurre. A la protagonista le pasa de todo, su día es un dominó de desgracias cayendo una tras otra sobre su alma agobiada. Pero aun así el personaje nos obliga a extrañar al William que supo construir el gran Michael Douglas en “Un día de furia”: él sí iba de a poco, él sí te daba tiempo de meterte en su historia, asimilarla, empatizar y estallar con él. Sin embargo Janiyah arranca en un tono (y una expresión facial) y, al cabo de una hora cuarenta de adversidad y tragedia, sostiene casi el mismo tono (y casi la misma expresión facial).

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¿Cómo se explica? ¿Es una cuestión de actuación, o de guión? ¿Acaso la Janiyah de Henson tiene que demostrarnos que está abrumada, sobrepasada, en shock... harta? Ok, que alguien le avise entonces. Las cajeras y clientes del banco, especialmente Tessa (Ashley Versher), ¿tienen que demostarnos que son la representación de la sociedad y que sus reacciones deben calificar como indiferencia, indolencia, pretendida superioridad, desdén, negacionismo o, por el contrario, solidaridad, empatía o humanismo? Ok, que alguien les avise entonces.

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Es que a esta altura de la película, ya todo es más de lo mismo. El plan maestro de pintar una atmósfera de angustia creciente se desdibuja. Nada es sutil. La acción avanza errática y repetitiva. Al relato de Perry se le empiezan a ver los hilos; las tramoyas y artificios que sostienen la arquitectura de la angustia quedan al desnudo, y sólo distraen. Como el frasco de los remedios de Aria. Como la cara de sufrimiento de Janiyah. Como la impostura de la detective Kay Raymond (Teyana Taylor), a quien tanto glamour y pose de top model le eclipsan la bondad oscura del personaje.

Al final, “Harta” no llega a donde debería. El desenlace pone toda la carne sobre el asador, pero sin fuego. Y lo que debería ser el factor sorpresa, termina teniendo un leve dejo a engaño al espectador. Con ese final, el personaje sí te angustia. Pero la película es fácil de olvidar.

El trailer de "Harta"

Embed - Harta (SUBTITULADO) | Tyler Perry | Tráiler oficial | Netflix

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