El miércoles, el primer reporte informaba que dos mapuches habían fallecido, sin embargo, las autoridades confirmaron que uno se encuentra en “estado grave” y dos más fueron detenidos.

Los hechos llevaron al presidente chileno, Sebastián Piñera, a aumentar el tono respecto a la situación en las regiones de Biobío y La Araucanía, al sur del país. “Estos graves hechos, sumado a publicaciones de grupos terroristas fuertemente armados, que amenazan a nuestra sociedad (...), no hacen más que ratificar la necesidad de mantener este estado de emergencia constitucional", afirmó el miércoles Piñera.
Los recientes enfrentamientos se dieron en Arauco, que vive el estado de excepción desde el mes pasado, que en un principio, se extendería solo 15 días. Un periodo que fue ampliado por Piñera y que busca prolongar hasta el 25 de noviembre a través de una petición que oficializó frente al Parlamento el miércoles.

Sin embargo, a pesar de que la militarización y el estado de excepción han sido aplaudidos por varios de los sectores más conservadores de la sociedad, estos han sido fuertemente criticados por la oposición y por los mismos líderes mapuches.
El anuncio de una nueva extensión del estado de excepción, que permite la presencia militar en las zonas y la limitación de la libertad de circulación y reunión, fue fuertemente criticada por unos sectores de la sociedad.
Tras conocer la petición del presidente varios diputados opositores en el Parlamento comunicaron que votarán en contra de la prórroga. Muchos consideran que la medida tensiona todavía más el conflicto que vive el sur del país. En donde hasta el momento cerca de 2.000 soldados han llegado a la zona.
Según el líder mapuche Aucan Huilcaman, el estado de excepción creó “una situación impredecible” en la que la comunidad se encontraba en “un callejón sin salida”.
El rechazo fue compartido por Elisa Loncón, líder mapuche y presidenta de la Convención Constituyente. "La militarización no es el camino. Es tiempo de construir política con altura histórica. En la convención trabajamos para ello, es urgente que esto irradie y gestemos amplios diálogos plurinacionales con respeto a los derechos humanos", sentenció Loncón.
Además, un grupo de convencionales marchó hasta el palacio presidencial el miércoles, demandando el fin del estado de excepción y la militarización de las zonas históricamente habitadas por las comunidades mapuches.
Un conflicto irresuelto: ¿Cómo se explican las constantes disputas en las zonas mapuches?
El conflicto mapuche al sur de Chile está lejos de ser una situación reciente. Al contrario, este tiene unas raíces históricas. Una de las principales causas es la expropiación de las tierras de la comunidad indígena a lo largo de los años.
Los indígenas mapuches tuvieron una fuerte resistencia al avance de los conquistadores españoles. Sin embargo, en el siglo XVIII fueron empujados hacia el sur y fueron perdiendo gran parte de sus tierras.
Una situación que empeoró en el siglo XIX en la conformación del Estado chileno, cuando siguieron siendo despojados de dichos territorios.
El gran problema es que, a pesar de las promesas de restitución por parte de diferentes mandatarios, los mapuches no han recibido sus tierras, que consideran propias y sagradas.
Según le dijo Jessica Huentemil a AFP, guía espiritual de la comunidad mapuche Fermín Manquile, la “recuperación territorial es una deuda ancestral. Que se le devuelva algo que uno siempre tuvo, que le fue arrancado de las manos".
De hecho, uno de los reclamos de los sectores más radicales de los mapuches es la restitución de las tierras ancestrales que fueron despojadas en la conformación del Estado chileno.
Además, otra de las causas que han llevado a un recrudecimiento del conflicto es la creciente explotación de recursos naturales en los territorios ancestrales de los mapuches.
Ese es el caso de la industria maderera. Según AFP, muchos mapuches han visto reducidas sus tierras por la expansión de dicho sector, que es el responsable del 8% de las exportaciones del país.
Dichas explotaciones han provocado el reclamo de los mapuches, que denuncian que muchos de los árboles nativos han sido exterminados por la plantación de pinos y eucaliptos, que necesitan un importante consumo de agua.
La regularización de la explotación de los recursos naturales por las grandes industrias es uno de los reclamos de la comunidad mapuche, frente a un modelo económico neoliberal imperante hace años en el territorio chileno.
De hecho, una de las regiones con mayor presencia mapuche, La Araucanía, tiene el mayor índice de pobreza del país con un 17,4%.
La falta de reconocimiento: otro pendiente del conflicto mapuche
Tras las protestas del año pasado en Chile, el país se encuentra en medio del proceso de la redacción de una nueva Constitución. Un paso demandado por gran parte de la sociedad chilena y que dejará atrás la Carta Magna promulgada en 1980 durante la dictadura de Augusto Pinochet.
En medio del proceso, las comunidades mapuches continúan reclamando su reconocimiento. Pues, a diferencia de otros países latinoamericanos que se declaran como plurinacionales y en los que hay un reconocimiento tácito de las comunidades indígenas, la actual Constitución chilena las deja por fuera.
Uno de los constituyentes mapuches, Adolfo Millabur, afirmó para AFP que una de las demandas más importantes de la comunidad es la “autodeterminación”.
La elaboración de una nueva Constitución a cargo de la Convención Constituyente en Chile, cuya presidenta es la profesora mapuche Elisa Loncón, sería un primer paso hacia la demanda, aún sin resolver, del reconocimiento mapuche.