Con la vista perdida sobre el calmo Mar del Norte, las familias de Clacton-on-Sea disfrutan del verano inglés, algunos bebiendo un poco de té y otros con sus latas de cerveza, sentados fuera de sus casetas de madera sobre la playa.
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SUSCRIBITECon la vista perdida sobre el calmo Mar del Norte, las familias de Clacton-on-Sea disfrutan del verano inglés, algunos bebiendo un poco de té y otros con sus latas de cerveza, sentados fuera de sus casetas de madera sobre la playa.
Poco más de dos meses atrás muchos vecinos de esta localidad de 55.000 habitantes en el este de Inglaterra, estaban de fiesta: el 70% de los habitantes votó el 23 de junio por la salida de la Unión Europea, colaborando con el resultado general de un 52% favorable al Brexit, contra el 48% que se opuso.
Pero la alegría de la victoria ha comenzado a desvanecerse en Clacton, una ciudad representada en el parlamento por el único legislador del Partido de la Independencia del Reino Unido (UKIP). El entusiasmo dio paso a la frustración por la falta de avances claros hacia el Brexit.
"Tenemos que empezar a movernos", dijo Janet Ford, de 60 años, contadora jubilada, durante una fiesta de respaldo al Brexit realizada por el UKIP en un bar local.
La primera ministra, Theresa May, ya ha dicho que ella no activará este año el artículo 50 de la constitución europea, el mecanismo formal que activa la salida de la UE. Los medios de comunicación afirman que podría hacerlo recién en la segunda mitad del próximo año.
May, que ha establecido organismos para negociar una nueva relación con la UE y firmar acuerdos comerciales con otros países, dijo que Gran Bretaña necesita tiempo para prepararse antes de activar el artículo 50.
Pero para Tony Goldstone, de 56 años, un jubilado que desde hace una década apoya la salida, el resultado de la votación carece de importancia hasta que se inicie el proceso de abandono formal.
"Estamos contentos con la votación, pero no vamos a avanzar en nada hasta que se active el artículo 50. Y en este momento siento como que estamos en el limbo", dijo, mordisqueando bocadillos y charlando con los compañeros partidarios del UKIP en el evento donde abundaron las banderas británicas.
El UKIP, que alguna vez fue una agrupación totalmente marginal, se convirtió en un actor protagonista en el diseño del futuro de Gran Bretaña. El partido quedó en tercer lugar en las elecciones generales de 2015, con más del 12% de los votos, pero de acuerdo con el particular sistema electoral británico donde no importan los porcentajes sino que todas las bancas van al ganador, el único asiento del UKIP en el Parlamento es precisamente el de Clacton-on-sea.
El éxito del UKIP en la ciudad está ligado a la alta población de jubilados que hay en la zona, donde uno de cada tres residentes es pensionista.
"Nosotros tenemos el recuerdo de tiempos mejores, de otra Gran Bretaña", dijo Ford, dando entender por qué las personas mayores de la zona apoyan al UKIP.
Muchos votantes pro-Brexit tienen una visión nostálgica de su país. Hablan de una Gran Bretaña que establecía sus propias leyes, que no sobrellevaba el peso de las normas de la UE y donde había mucho menos gente, antes de que cientos de miles de inmigrantes comunitarios comenzaran a establecerse en el Reino Unido desde mediados de la década de 2000.
"Me gusta la idea de que podamos dirigir nuestro propio país, tener nuestras propias leyes y el control de nuestras propias fronteras", dijo Ford.
Con su muelle y su feria de atracciones que se extiende 300 metros sobre la orilla, y un puñado de habitaciones en alquiler, Clacton-on-sea solía ser un destino muy buscado por los británicos antes de que comenzaran a hacerse populares los viajes a Europa a partir de 1960.
A 130 kilómetros de Londres, Clacton tiene una tasa de desempleo superior a la media y junto a la vecina Jaywick ha sido clasificada como uno de los lugares más necesitados de Inglaterra.
Esos niveles de pobreza y la falta de inversión fueron las razones por las que Graham Thornton, de 53 años, chofer de camión, votó por salir de la UE.
"Tenemos que recuperar nuestro país para nosotros", dijo. "Hay que lograr de nuevo que todo el mundo pueda tener una vida decente, y que todos puedan vivir en una casa decente."
Mientras comía pescado con papas fritas sentado en un banco en la ciudad, Thornton expresó su desacuerdo con la decisión de la primera ministra de retrasar la activación del artículo 50.
"Tenemos que salir tan pronto como sea posible y luego empezar a hablar y ver qué nuevos acuerdos comerciales podemos conseguir. ¿No podemos vivir por nuestra cuenta? Más vale que sí ", dijo.
Cuando May y su gobierno regresen de sus vacaciones de verano, la cuestión del Brexit será una de sus prioridades, y el UKIP y sus partidarios en lugares como Clacton estarán allí para asegurarse de que así ocurra.
"Yo quiero que el UKIP esté allí para tener al gobierno bajo control, para asegurarnos de que van en el camino correcto", dijo Goldstone.