El debate sobre los autos de lujo en Argentina tendrá un nuevo capítulo a partir de marzo próximo, cuando el Gobierno nacional actualice el piso por el cual ciertos vehículos ingresan a ese segmento y pasan a pagar mayor cantidad de impuestos. El nuevo mínimo será de alrededor de US$18.000 dólares, lo que actualmente equivale a unos $7.000.000 de pesos.
El valor, insólito para la industria automotriz, dejará dentro de los impuestos internos a vehículos que son fabricados en el país, como las camionetas. Además, se gravará sobre casi cualquier vehículo 0 kilómetro, que en otros mercados son considerados incluso para taxi.
Las víctimas nacionales de esta actualización al lujo serán, por ejemplo, Toyota SW4, VW Taos y Chevrolet Tracker, todas ellas producidas a nivel local. Al superar los $7.000.000 de pesos, todos esos productos tendrán un recargo del 20% de la alícuota, generando un fuerte desbalance en el mercado.
Ello se suma al 21% de IVA, y otra decena de impuestos que terminan componiendo el valor del 0 kilómetro en más del 60%. Algo que, claro, desalienta por completo al consumo.
Lo que solicitan las automotrices es un piso más elevado, ya que el impuesto al presunto lujo afecta modelos de tirada general. Todo ello, sumado a la crisis económica, deriva en un mercado que se retrae cada vez más, provocando un envejecimiento del parque automotor y pérdidas de inversiones en dólares en el país.
La alícuota agregada empujará, a partir de marzo, a qué vehículos que hoy cuestan 7.000.000 pasen a ser vendidos por 13.000.000. Esto, claro, el precio de venta al consumidor final.
Un ejemplo claro de la distorsión sobre lo que se considera lujo es el Toyota Corolla, un vehículo que ronda los 8.000.000 en sus versiones más equipadas. Cabe aclarar que el Corolla es el modelo más vendido en la historia en todo el mundo.
Actualmente, el modelo más barato que se vende en Argentina es el Citroën C3, con un precio sugerido de 3.280.000 pesos. Por debajo de esa cifra solo se encuentran vehículos usados y bien entrados en años.