Balotaje en Chile: Jeannette Jara y José Antonio Kast cerraron sus campañas y ya preparan el día después
La candidata oficialista buscó hasta el último minuto el apoyo de los indecisos para la elección del domingo. Las encuestas prevén una victoria del candidato de ultraderecha por más de 10 puntos de diferencia.
En la segunda vuelta los votantes de Chile decidirán si el país continúa en la senda progresista o prefiere una ultraderecha recargada.
Final de partida. Después de acusaciones cruzadas, discursos encendidos y promesas de cambios para mejorar la vida de los chilenos, Jeannette Jara y José Antonio Kast cerraron el jueves sus campañas para la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de este domingo. Y cuando todas las previsiones apuntan a una victoria del líder ultraconservador, la candidata de la coalición oficialista de centroizquierda buscó hasta el último minuto convencer a los indecisos y mostrarse como la mejor opción.
Se terminaron los espacios de propaganda electoral y aquí ahora los programas informativos de televisión hablan de la posibilidad de lluvias para la jornada electoral del domingo, de las medidas de seguridad previstas en todo el país y el funcionamiento del transporte público para que todos puedan llegar a los lugares de votación.
En la calle, muchos apuran las compras navideñas y aprovechan las ofertas de los comercios más populares de la emblemática peatonal Ahumada, en el centro de Santiago, decorada para las Fiestas y colmada como siempre de vendedores ambulantes que ofrecen desde medias y ropa interior hasta accesorios electrónicos o frutillas y cerezas a 1.500 pesos chilenos (unos 2.500 pesos argentinos) por kilo.
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Puertas adentro, y rodeados por sus colaboradores de confianza, Jara y Kast trabajan sin descanso para preparar sus discursos del domingo a la noche y el día después de una elección que marcará un final amargo para el gobierno de Gabriel Boric.
El ex líder estudiantil que ganó en 2021 con grandes promesas de reformas estructurales y a los 36 años se convirtió en el presidente más joven en la historia de Chile, termina su mandato con una magra popularidad del 30%, bajo un clima de decepción por las metas incumplidas.
Polarización
En un ambiente de profunda polarización, el país deberá elegir el domingo entre un futuro presidente de extrema derecha, que promete mano dura contra la delincuencia y un recorte millonario de gastos para impulsar la economía, o una futura mandataria del Partido Comunista, que también garantiza firmeza contra el crimen pero que asegura que mantendrá y ampliará los derechos sociales conseguidos en el gobierno de Boric, para asegurar que las familias lleguen a fin de mes.
En el final de una intensa campaña de cuatro semanas, luego de la primera vuelta en la que Jara se impuso con el 26,8% de los votos y Kast obtuvo el 23,9% –eran ocho candidatos en total- ahora las cartas ya están echadas.
El jueves al anochecer, ambos lanzaron sus últimos esfuerzos en dos actos fuera de Santiago: Jara en Coquimbo, en el norte del país y Kast en Temuco, en la conflictiva zona de la Araucanía, donde los ataques incendiarios atribuidos a grupos mapuches sembraron el miedo y la tensión desde hace años, un conflicto que no lograron resolver los últimos presidentes del país.
El líder del Partido Republicano, de 59 años, volvió a presentarse en el escenario detrás de un vidrio blindado, pese a las críticas recibidas en ocasiones anteriores por protegerse de esa forma en actos de campaña.
Frente a miles de seguidores en una plaza de Temuco, Kast prometió "un shock de esperanza" tras años de "caos, desorden e inseguridad". "¡Se siente, se siente Kast presidente!", coreaba el público.
“Estamos seguros que el domingo vamos a ganar y va a ser hermoso. De ahí en adelante nos va a tocar mucho trabajo. Va a ser difícil, va a ser duro, van a tratar de impedir que hagamos ciertas cosas, pero nosotros nos vamos a jugar el destino de Chile”, aseguró el candidato.
"Este gobierno generó caos, desorden e inseguridad. Y nosotros vamos a ir a la inversa: vamos a generar orden, seguridad y confianza", agregó el abogado y ex diputado ultracatólico, rodeado por sus colaboradores más cercanos.
Como en toda su campaña, su discurso final estuvo centrado en los temas de seguridad y economía, y también aprovechó para lanzar duras críticas al gobierno de Boric y a Jara, a quien señala como la continuidad de un modelo fallido, pese a que ella hizo un enorme esfuerzo para distanciarse del presidente actual.
Este gobierno, afirmó, “lo tuvo todo para hacer las cosas bien, no tuvo pandemia, no tuvo estallido social, pero lo destruyó todo, nuestra educación y el sueño de la casa propia".
Jara, en tanto, aprovechó su último acto previo al balotaje para reforzar algunos de los ejes de su campaña y reiterar que ella no es Boric y que un eventual mandato suyo será totalmente diferente.
Una vez más, esta abogada de 51 años, militante del Partido Comunista que integra la coalición en el poder, prometió “defender lo conquistado”, en referencia a los derechos laborales logrados durante su gestión al frente del Ministerio del Trabajo del actual gobierno, y mostrar “mano dura” para combatir la “delincuencia, los abusos, la corrupción y la colusión”.
“La gente merece llegar a su casa en la noche tranquila y no pensar que va a ser asaltada. Y también llegar a fin de mes pudiendo pagar sus cuentas y ojalá ahorrar un poco", afirmó.
El tema de la seguridad fue central a lo largo de toda la campaña, pues el clima de temor ante el aumento de los secuestros y asesinatos es una de las mayores preocupaciones de los chilenos. "Esas dos seguridades son mi compromiso con ustedes”, remarcó.
“A quien esté pensando en votar nulo, pensando votar blanco conversen con ellos, hay mucho en juego, tenemos que avanzar y no retroceder, el domingo a votar con alegría, esperanza y conciencia, muchas gracias y vamos a ganar”, arengó Jara, dirigiéndose a los indecisos y a la importante masa de chilenos que en la primera vuelta eligieron al independiente populista Franco Parisi, quien obtuvo más del 19% de los votos y ahora llamó al voto nulo, en rechazo a las dos opciones en juego.
Ahora no queda más que esperar los resultados, el domingo a la noche. Kast tiene armado su plan para los primeros 90 días de gobierno, confiado en que las encuestas no fallarán y, más allá de la diferencia de votos que logre, seguro tendrá abiertas las puertas del palacio presidencial de La Moneda.