Eduardo Elsztain, CEO del grupo IRSA y uno de los empresarios más influyentes del país -que cuenta con importantes inversiones en San Juan-, volvió a dejar definiciones de peso sobre la economía argentina, el rol del sector privado y la necesidad de reglas claras para invertir. Lo hizo durante un encuentro que reunió a más de 200 empresarios, entre referentes de grandes compañías y pymes, en el marco de la tercera edición del Encuentro del Hogar, organizado por el Banco Hipotecario, una de las firmas que integra el holding que lidera.
En ese espacio, el empresario aseguró que el contexto actual genera expectativas positivas. “Me gusta lo que está pasando. Tener previsibilidad, reglas claras y una visión de largo plazo permite arriesgar y emprender”, sostuvo. También remarcó que el país tiene un potencial productivo enorme y talento humano probado, aunque históricamente más acostumbrado a resistir crisis que a desarrollar proyectos sostenidos en el tiempo.
Las declaraciones de Elsztain se conocen mientras uno de sus proyectos mineros en San Juan atraviesa una etapa clave. Se trata de la mina de oro Hualilán, ubicada en Ullum, cuyo inicio de producción depende de la definición del esquema logístico para el traslado del mineral hasta la planta de Casposo, en Calingasta, también vinculada al empresario. La discusión por las rutas que utilizarán los camiones se encuentra en un momento decisivo y mantiene en vilo tanto al Gobierno provincial como a la comunidad local.
Fuentes oficiales indicaron que la empresa debe presentar en las próximas horas caminos alternativos que permitan completar el esquema logístico aprobado mediante una adenda ambiental. La definición es central: de ella depende que finalmente arranque la producción de oro, prevista inicialmente para la primera quincena de diciembre y ahora postergada por el conflicto generado en torno al tránsito de camiones por zonas urbanas.
El foco de la tensión surgió cuando la compañía -cuyo principal accionista es Elsztain- resolvió no construir una planta de procesamiento en Ullum, pese a contar con la Declaración de Impacto Ambiental, y optó por utilizar la planta existente en Casposo. Esta modalidad, inédita en San Juan, obligó a presentar una adenda al Informe de Impacto Ambiental, que fue autorizada, pero dejó pendiente el detalle preciso de las rutas para el transporte del mineral.
Según fuentes oficiales, la propuesta inicial de circular por calles céntricas de Calingasta, como Juan Jufré o San Martín, fue rechazada por atravesar zonas pobladas y pasar frente a una escuela y el hospital. Ante esto, el Gobierno formalizó el denominado “Requerimiento 15”, que exige una traza alternativa con respaldo técnico, ambiental y social. El plazo para cumplir con ese pedido vence el 1 de diciembre, aunque la empresa puede adelantar la presentación o solicitar una prórroga.
Mientras tanto, la autoridad minera ya estableció restricciones para el eventual traslado: un máximo de 30 camiones diarios en escenarios excepcionales, con topes menores distribuidos en una franja horaria de 12 a 16, sin circulación los fines de semana y por un período de tres meses, seguido de otros tres sin transporte, dedicados solo a extracción y acopio en Ullum.
En este contexto, el Ministerio de Minería convocó a una reunión inminente en el Centro Cívico, de la que participarán representantes de la empresa, autoridades locales, cámaras de proveedores y concejales de Calingasta. Será el primer encuentro directo con una autoridad relevante de la firma operadora del proyecto y marcará el clima político y técnico de los próximos pasos.
El escenario contrasta con el mensaje que Elsztain transmitió ante el empresariado, donde insistió en que “no es importante el activo, sino el activo en movimiento”. El empresario destacó el desarrollo de la minería, el litio, el campo y la energía como oportunidades que solo generan valor cuando hay confianza, capital y equipos profesionales que las pongan a funcionar.
Mientras se espera la definición sobre las rutas, la actividad en Hualilán continúa con tareas de voladura, extracción y acopio de mineral. En Casposo, en tanto, ya se realizaron coladas utilizando material remanente de la antigua pila de lixiviación. Con plazos en cuenta regresiva, tensiones técnicas y reclamos sociales, el camino entre Hualilán y Casposo se convirtió en uno de los capítulos más sensibles de la agenda minera sanjuanina, en momentos en que uno de sus principales inversores habla de previsibilidad, confianza y largo plazo.