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SUSCRIBITEHay buenas noticias para los cultivos: las "horas frío" acumuladas son las mejores de al menos la última década. El lado B: el peligro acecha en tres zonas.
Los cultivos en San Juan ya acumularon suficiente cantidad de horas frío. (Gentileza foto: Meteored).
Este invierno con sus continuas olas polares, ha sido inmejorable para los cultivos de San Juan que ya lograron acumular la suficiente cantidad de “horas frio” como para asegurar una buena brotación. Eso sí, hay tres zonas “bajas” donde la uva está en riesgo por las heladas tardías.
Es que todo lo que ocurre con el clima tiene incidencia directa con la naturaleza, y, en consecuencia, determina el impacto económico en el agro. Este año en San Juan, por empezar hay buenas noticias provenientes del INTA: la licenciada en Geografía, Sonia Silva, desde el Servicio de Agrometeorología; informó que al 6 de agosto se han acumulado 972 “horas frio”, por debajo de los 7 grados; un número que los ingenieros agrónomos consideran más que suficiente para la vid, frutales, pistachos y olivos sanjuaninos.
La cifra supera en un 40% la cantidad del 2023 a la misma fecha (695) e incluso a todo el año pasado que alcanzó 777 horas en total. No es todo: de acuerdo a los registros oficiales del INTA, es el mejor numero acumulado de horas frio de al menos los últimos 10 años, a la fecha analizada del 6 de agosto.
El ingeniero agrónomo, Hugo Carmona, explicó que esta acumulación de frío sobre los cultivos sanjuaninos ha hecho que la planta ya esté en condiciones de poder brotar cuando las temperaturas empiezan a ser más cálidas, lo que asegura un ciclo óptimo para la producción posterior. El año pasado costó para que el agro alcanzará la cantidad de frío necesaria.
No obstante, ese comportamiento del clima trae aparejado un peligro: las heladas tardías que ocurren en setiembre y octubre afectan a los brotes de los cultivos, pero se ensañan mucho más en vides ubicadas en zonas bajas de la provincia. En ese sentido, Carmona quien también se desempeña en el Instituto Nacional de Vitivinicultura; señaló el peligro acecha sobre las uvas primicia en tres áreas sanjuaninas del Valle de Tulum: Albardón, Zonda y Carpintería, en Pocito.
Carmona explicó que, por un lado, la acumulación suficiente de horas frio hace que los cultivos se despierten de la dormancia en la que se refugian en el invierno para no morir, y empiecen a brotar. El problema es que mientras el brote este tierno, se produzca una helada en setiembre u octubre, que son las denominadas tardías. Claramente eso puede ocurrir. Incluso el año pasado se siguieron produciendo “horas frio” hasta el mes de noviembre inclusive.
Además, el temporal de Santa Rosa, un fenómeno climático que generalmente se produce a fines de agosto y baja sustancialmente las temperaturas, suele causar casi siempre daños a los primeros brotes.
En las próximas semanas comienzan las tareas que los agricultores y viñateros deben tener presentes para cuidar sus cultivos de las heladas, ahora que todos están en condiciones de brotar. El experto del INV destacó que dentro de la lucha “pasiva” que pueden llevar adelante los viñateros lo más sencillo es mantener el viñedo libre de malezas, con una cobertura verde (pasto), y sin arar. Además de suministrarle humedad al suelo mediante el riego. “Hay que extremar el cuidado en los suelos arenosos, deben estar más húmedos para que no se hielen las raíces”, explicó.
La lucha activa consiste en prender calefactores que largan aire caliente como un secador de pelo, para evitar que la helada hiera los viñedos. Es un gasto muy alto que la mayoría de los productores no están en condiciones de realizar porque no dan los costos, lamentablemente. Por eso algunos recurren a quemar neumáticos, con la contaminación que eso produce.
Los cultivos y plantas, en los meses de otoño-invierno, entran en un estado de reposo conocido como dormancia, para evitar que los órganos frutales, como las flores, los frutos y las hojas se dañen por una helada o el frío extremo. Durante este periodo no se producen crecimientos visibles, y aun que su actividad fisiológica no cesa, sí se ralentiza, permitiendo que el organismo conserve energía. Los frutales y cultivos salen de este periodo de reposo invernal mediante la acumulación de una determinada cantidad de horas frío.
FUENTE: heladas
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