El Banco Nación anunció que, una vez reglamentada la Ley de Inocencia Fiscal, admitirá dólares de todas las emisiones, incluidos los conocidos como “cara chica”, sin importar su antigüedad ni su aspecto físico. La medida apunta a facilitar el ingreso de divisas al sistema financiero y se complementa con el mecanismo de canje de billetes viejos que el Banco Central mantiene habilitado de forma indefinida.
Desde noviembre pasado, el BCRA autorizó a las entidades financieras a recibir dólares deteriorados, manchados o de diseños antiguos en ventanilla. El procedimiento es simple: los bancos controlan la autenticidad de los billetes y luego los envían al Central, que se encarga de remitirlos a Estados Unidos para su destrucción y reemplazo por nuevos ejemplares. A diferencia de lo que ocurría antes, el trámite no tiene costos para las entidades porque ya no se utilizan intermediarios privados.
Con la Comunicación “A” 8352, además, se eliminó el plazo de vencimiento que estaba previsto para fines de 2025. Desde entonces, el sistema quedó abierto de manera permanente y sin límites vinculados a la serie o al estado de conservación del dinero.
En paralelo, el Congreso dio sanción a la Ley de Inocencia Fiscal, una norma que busca incentivar la regularización de dólares que permanecían fuera del circuito bancario. Aunque la ley aún no está en vigencia —restan la promulgación y su publicación oficial—, desde el Banco Nación adelantaron que, cuando entre en marcha, se recibirán los llamados “dólares del colchón” sin trabas adicionales.
Respecto a las condiciones del canje, se aceptan billetes siempre que conserven más del 50% de su superficie y permitan identificar la denominación y las medidas de seguridad. Pueden estar rotos, sucios o gastados, pero quedan excluidos los billetes mutilados o aquellos presentados en fajos con cortes internos. Cada pieza es revisada individualmente antes de ser acreditada.
Este esquema ya había tenido una primera experiencia el año pasado, cuando el BCRA lo puso en funcionamiento para acompañar el proceso de exteriorización de activos. Ahora, con la Inocencia Fiscal en el horizonte, el recambio de dólares viejos se consolida como una vía permanente para normalizar ahorros en moneda extranjera.