Unos 3.000 camiones están varados en el ingreso al paso internacional Cristo Redentor, en Mendoza, por un conflicto internacional entre las autoridades de Chile y los choferes argentinos. El problema se inició por la orden chilena de hisopar a cada uno de los camioneros. Y se sostiene por la medida de fuerza de los camioneros locales de no dejar pasar vehículos de carga chilenos hacia la Argentina. Tendrá un fuerte impacto en la economía de la vecina provincia y de San Juan. Advierten que habrá pérdidas millonarias para los empresarios sanjuaninos por el costo de mantener la mercadería y al conductor en alta montaña.
La Asociación de Propietarios de Camiones de Mendoza (Aprocam) estimó que cada día que pasa un camión en las inmediaciones de Cristo Redentor -Los Libertadores cuesta unos 3.000.000 de dólares para las empresas. El titular de la Unión Propietarios de Camiones de San Juan (Uprocam), José Maldonado, se mostró en coincidencia con los cálculos de la cámara mendocina. Para San Juan, el gasto será "mayúsculo". De mínima, el pago del flete es de 1.200 dólares. A eso hay que sumarle el sueldo del chofer y los viáticos porque la situación generó que "haya que pagar estadía y comida". La Federación Argentina de Entidades Empresarias del Autotransporte de Cargas (Fadeeac) informó que cada día de detención de un camión en frontera "representa un costo extra de 700 dólares diarios".
Hay que tener en cuenta que, de la provincia, salen entre 50 y 70 camiones diarios. Unos 1.500 mensuales. La mayoría con cargamento de cal. Sin dudas, la industria calera sanjuanina es una gran perjudicada porque el 95% de las exportaciones son hacia Chile. De momento, están frenadas porque sólo se transportan vía camiones. En segundo lugar, está parada la exportación de hortalizas y alimentos perecederos. Esos necesitan refrigeración permanente. Por lo tanto, tienen un costo extra. "Es muy mucha plata", se quejó Maldonado. En última instancia, el que pagará será el empresariado sanjuanino. "El que recibe no va a pagar porque no es su culpa que esté todo parado", señaló. La solución no es volver, sólo queda esperar que las relaciones diplomáticas resuelvan el problema: "No se pueden descargar toneladas de cal en cualquier lado".
Según Maldonado, este jueves las autoridades del paso Los Libertadores se comprometieron a poner más puestos de testeos. Es que el conflicto empezó por cuestiones sanitarias en Chile, por un brote de coronavirus que afectó a seis funcionarios de aduana y los trabajadores hicieron un paro el 14 de enero. Ante esto, cambiaron la política para ingresar al país. Ya no había constancia Pcr con máximo 72 horas de antigüedad y pruebas aleatorias, sino que incorporaron Pcr obligatoria para cada chofer. Eso generó un "cuello de botella". En un día, sólo entraban al país limítrofe 20 camiones. Por eso, los argentinos tomaron la medida de fuerza de no dejar pasar a los camiones chilenos a la Argentina.
La Unión Industrial Argentina (Uia) tomó cartas en el asunto. "En virtud de dar respuesta a las dificultades que impiden el abastecimiento de productos y generan cuellos de botella en las zonas fronterizas, resulta necesario dar curso a las autoridades chilenas para encontrar soluciones expeditivas que dinamicen las medidas sanitarias. La Uia se encuentra trabajando junto a las autoridades nacionales pertinentes para avanzar en este sentido", informaron en un comunicado. También el sindicato de camioneros lanzó advertencias. “Los muchachos están repodridos, si no hay una respuesta de la Cancillería, del ministro o del Presidente, seguramente los muchachos van a cortar la ruta y no va a pasar nadie”, dijo el secretario General, Pablo Moyano.
Fruto de las negociaciones argentinas, de la reunión de Moyano con el ministro de Trabajo de la Nación, Claudio Moroni, y de los pedidos de la Uia y otras cámaras, los chilenos aseguraron que mejorarán el caudal de testeos. No obstante, sigue la molestia en el lado nacional.