Finalmente la Fecha 12 del Torneo Apertura del fútbol sanjuanino arrancó con normalidad, pese a que el gremio más importante de árbitros de la provincia, ASAIC, había anunciado un paro total tras la suspensión de nueve de sus integrantes. La contundente advertencia de la Liga Sanjuanina de Fútbol -que amenazó con expulsar de por vida a quien no se presentara a la cancha- y una bajada de línea interna revirtieron la situación.
La historia tuvo su punto más tenso el viernes al mediodía, cuando ASAIC (Asociación de Árbitros Independientes Centro), a través de un comunicado firmado por su presidente Sebastián Preziosa, informó que no prestaría servicios en ninguna categoría del fútbol sanjuanino durante el fin de semana. El gremio se plantó contra la decisión de la Liga de suspender a nueve jueces, entre ellos el propio Preziosa, quien no aprobó el examen físico obligatorio realizado días antes en el predio La Granja. También protestó por la exclusión "sin explicaciones" de Pablo Núñez y Gabriel González, dos árbitros señalados por su actuación en un polémico partido del Torneo Federal A.
Si bien en un principio la medida generó preocupación y un clima de incertidumbre total, horas después la situación cambió. Según pudo saber este medio, muchos árbitros afiliados a ASAIC estaban en desacuerdo con el paro y planeaban presentarse igual en las canchas, sobre todo por razones económicas: cobran entre 50 mil pesos (Cuarta División) y 70 mil pesos (Primera) por partido. A esto se sumó una fuerte presión por parte de la casa madre del fútbol sanjuanino, encabezada actualmente por Juan Valiente, y del propio Sergio Pezzotta, exárbitro internacional y figura de peso en el ambiente arbitral, quien -según trascendió- se comunicó tanto con Valiente como con Sebastián Preziosa. Esa intervención fue clave: horas después, Preziosa dio marcha atrás con la medida de fuerza y ordenó a todos los afiliados presentarse a cumplir sus designaciones, tal como estaban programadas desde el miércoles.
Así fue como Marcelo Cruz, miembro de ASAIC, se convirtió en el primero en salir a la cancha. El viernes en la noche dirigió el partido entre Peñarol y Rivadavia, que terminó en empate y marcó el inicio de una fecha que, contra todos los pronósticos, se disputó con normalidad. El sábado todos los árbitros designados también cumplieron con su labor. Entre ellos, Jesús Allegue, Rubén Riveros, César Alfredo, Enzo Gómez, Mauro Gómez y Eduardo Prior, todos afiliados al gremio.
Según una fuente confiable, luego del anuncio de ASAIC, otros gremios de árbitros se reunieron para evitar la paralización total del fútbol local. Participaron representantes de Formación Arbitral (Liga de Santa Lucía), ACAF (Asociación Civil de Árbitros de Fútbol) -que presta servicios en la Liga Sanjuanina- y la cooperativa CASU (que dirige en Albardón, Calingasta y torneos nacionales). Todos coincidieron en apoyar a la Liga ante esta situación “para que el fútbol no se detenga”.
El trasfondo del escándalo
El conflicto estalló luego de que Tiempo de San Juan reveló que varios árbitros locales habían sido suspendidos por la Liga Sanjuanina. A Núñez y González se los apunta por su actuación en el duelo entre Argentino de Monte Maíz y San Martín de Mendoza, por el Federal A. Según medios nacionales, sus fallos favorecieron al equipo mendocino.
La Liga también suspendió a otros siete jueces que no superaron el examen físico. Se trata de Sebastián Preziosa, Sebastián Fernández, Diego Gaillez, Gretel Maldonado, María Marconi, Nelson Pérez y Sergio Zepeda. De más de 100 árbitros evaluados, solo 53 aprobaron.
El anuncio del paro por parte de ASAIC también incluyó duras críticas a la Liga por no brindar protección frente a hechos de violencia en las divisiones inferiores y alertó sobre la posible “vulneración del derecho constitucional al trabajo”, en relación con las versiones sobre apuestas ilegales. Incluso advirtieron que se reservaban el derecho de accionar judicialmente.
Pese a todo, la Liga mantuvo firme su postura. No solo no suspendió la fecha, sino que confirmó las designaciones arbitrales tal como estaban. El mensaje fue claro: quien no se presentara a dirigir sería expulsado de por vida del ámbito del fútbol sanjuanino.