Terence “Bud” Crawford, el boxeador estadounidense, hizo historia al derrotar a Saúl “Canelo” Álvarez por decisión unánime y convertirse en campeón indiscutido de la categoría supermediano, arrebatando al mexicano los cinturones de la AMB, OMB, CMB, FIB y el de The Ring.
Pero detrás de ese triunfo monumental está una historia de superación extrema. Desde muy joven, Crawford enfrentó violencia familiar: su madre lo maltrataba física y psicológicamente, usaba cinturones, juguetes o palos, e incluso ofrecía dinero a otros niños para que lo golpearan.
Aún más impactante: en uno de los episodios que casi acaba con su vida, Crawford fue víctima de un tiroteo. Después de un juego de dados, al volver a su camioneta, alguien le disparó 12 veces. Una de las balas rozó su cabeza, entre el cuello y la oreja, pasó por la ventanilla y rebotó, perdiendo algo de fuerza y evitando un daño mayor. Crawford, milagrosamente, salió ileso.
Crawford, el boxeador que destronó a Canelo
Años después de ese incidente, con apenas cuatro peleas profesionales, decidió entregarse por completo al boxeo. Esa determinación lo llevó a acumular títulos mundiales en varias divisiones y a lograr lo que muy pocos han hecho: ser campeón indiscutido en tres categorías (súper ligero, welter y ahora supermediano).
En el combate con Canelo, realizado en Las Vegas, Crawford mostró una claridad de estrategia y una movilidad que el mexicano no pudo descifrar en ninguno de los doce asaltos. Los jueces lo consagraron por puntajes de 115-113 (dos tarjetas) y 116-112.
Esta victoria no solo marca un momento histórico en su carrera sino que también refleja cómo Crawford transformó un pasado doloroso —la violencia doméstica, los desórdenes en el hogar, casi morir por una bala— en combustible para alcanzar la cima del boxeo mundial.