En una pausa pero con el pecho inflado de haber logrado el campeonato. Medio pie en un ascenso y a todo o nada para las finales que vienen. Aramburu sumó una estrella a su camiseta y de la mano de varios gigantes. Fue un candidato silencioso y con un plantel de amigos de principio a fin. Se quedó con una final de película y en pleno receso ya sueñan con alcanzar la elite del básquet. Tiempo de San Juan y una charla con el capitán Maximiliano Villafañe y el canterano Santiago Montero: maestro y aprendiz, la marca del barrio.
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Este miércoles se cumple una semana del grito de campeón en el estadio cerrado de Del Bono. Aramburu abrochó un excelente torneo tras imponerse 62 a 58 en un ajustado resultado frente al local. De visitante, cancha llena pero el Verde puso a sus mejores y se quedó con el Apertura. La palabra de dos importantes jugadores, el de experiencia y el estudiante que día a día se roza entre las "bestias" de su equipo.
Con paso por diferentes clubes importantes de la provincia, el basquetbolista Villafañe (32) conoce bastante de la categoría y de cómo moverse dentro del rectángulo. El capitán del Verde expresó que pica la naranja desde los 12 años y a medida que fue aprendiendo, se fue identificando con la posición de alero: "Hice inferiores y debuté en Primera en Urquiza. Después me fui a Inca huasi, volví a Urquiza y después pegué el salto a Aramburu".
Maxi confirmó que nunca supo que se iba a topar con Aramburu y le iba a pasar todo lo que le pasó al club últimamente: "Con Germán (Azcurra) hemos sido compañeros de la secundaria y teníamos muy buena relación. Cada vez que nos veiamos con los chicos me decían y decidí irme con ellos. Es una amistad muy linda que no la tuve en Urquiza. Cuando decidí dejar de jugar, me invitaron al Nivel 3, en ese momento yo estaba en el 1. Tenía mis dudas porque decía que era otra cosa, pero acá estoy y no me quiero cambiar más".
En poco tiempo, el jugador ha conseguido todo lo que se ha propuesto y con voz de líder. Hace menos de un año que está, pero manifiesta que el club te invita a sentirlo como propio: "Es algo muy lindo lo que se vive en el club porque ellos nos abrieron la puerta. El tiempo, el estar ahí, el ayudar, el colaborar. Es muy lindo ver todas las actividades con los niños que van a entrenar, es muy familiar".
Como líder el grupo y cargar con el nerviosismo propio y del grupo, Villafañe dijo que ganar el campeonato fue sacarse una mochila de encima: "Los días previos fueron muy difíciles, costó un montón. No dormía, andaba alterado todo el tiempo, pero después fue tremendo, conseguimos el campeonato que tanto queríamos".
"Soy un jugador muy disciplinado dentro de la cancha. Tengo como prioridad el fair play" "Soy un jugador muy disciplinado dentro de la cancha. Tengo como prioridad el fair play"
El basquetbolista tiene su tiempo dividido en su pasión y el compromiso con el trabajo. Contó que puede hacer ambas y que su exigencia para llegar al 100 porciento en ambas requiere mucha voluntad, y amor: "Soy empleado de comercio. Tengo una vida de corrido y como a las 16 me desocupo, después tengo gimnasio y después al club a entrenar a full. Mis días son así de chico por decisión y porque me gusta. Al final del día llego con las pilas agotadas".
"Me siento mejor que a los 20 años. Me cuido mucho con las comidas, el cuerpo me acompaña y mientras tenga ganas de competir lo voy a seguir haciendo", aseguró, a lo que continúo diciendo que se cree un jugador muy pasional y comprometido al 100 en todo lo que le toque hacer: "Si lo hago lo tengo que hacer así, nada de a medias".
EL CANTERANO SANTIAGO MONTERO, LA PROMESA DE ARAMBURU
En todos los clubes siempre hay una joyita que hay que llevar de a poco para que en un futuro explote. Santi es uno de ellos, el pibe se codea entre los gigantes y es una de las promesas que el Verde va fogueando partido a partido. En su charla con Tiempo, el jugador de 18 años recién cumplidos expresó sus deseos de cumplir los objetivos, mencionó a sus favoritos y habló de sentido de pertenencia.
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Santi contó que desde hace 4 años que empezó en este deporte y que después de cruzarse con varios, sigue eligiendo este que le dio un campeonato: "Hice fútbol y futsal con amigos, pero después me mudé al básquet. Miraba muchos partidos de la NBA y me llamó mucho la atención. Veía a jugadores destacados como James (LeBron, jugador de Los Angeles Lakers) y Curry (Stephen, de Golden State Warriors) y quería probar, porque es como que me incentivó y me gustó".
El basquetbolista de Aramburu se crio dentro del polideportivo y es por eso que mencionó que no le costó mucho donde iniciar sus primeros pasos con la naranja: "Era un club que conocía, donde mismo había hecho fútbol y dije 'es acá'".
A su corta edad, el canterano aseguró que más allá del nombre que tiene su club, representa al barrio, porque allí fue donde pasó su infancia y donde hizo sus primeras armas en el básquet: "Le tengo un cariño bastante grande, es donde me he criado".
En cuanto a su citación y gran salto al plantel mayor, Montero tiró: "Después de varios partidos y entrenamientos, un día la DT Agus Sancho me llamó y dijo que dentro de dos semanas iba a empezar a entrenar con Primera. Mi emoción fue grande, estaba con muchas ansias de entrenar con ellos. Los había visto jugar y era algo que me había propuesto lograr y lo logré".
"Cuando me llamaron para primera pensé en muchas cosas, como en comprarme zapatillas y empezar a entrenar solo. Era agarrar una pelota, irme a las 4 de la tarde y empezar a tirar. Desde que estoy con ellos mejoré física y técnicamente". "Cuando me llamaron para primera pensé en muchas cosas, como en comprarme zapatillas y empezar a entrenar solo. Era agarrar una pelota, irme a las 4 de la tarde y empezar a tirar. Desde que estoy con ellos mejoré física y técnicamente".
El tener un compromiso mayor a sus 18 años, Santi mencionó que no se arrepiente de no haber ido a un cumpleaños por un partido con los muchachos: "Valió la pena los entrenamientos y sacrificar algunas cosas porque lo logré".