La semifinal entre San Martín y Minero terminó en polémica, con reprogramaciones exprés, reclamos y malestar que derivó en una eliminación en el "escritorio". Según contó el entrenador de Minero, Ariel Cabrera, una seguidilla de decisiones administrativas -sumada al traslado del partido a un día laboral- dejó al plantel con apenas cinco jugadoras disponibles para presentarse.
Cabrera relató que todo comenzó en la reunión de delegados del miércoles de la semana pasada, donde quedó establecido que la semi debía disputarse en cancha de San Martín por su mejor ubicación deportiva. Sin embargo, el Verdinegro no presentó disponibilidad de cancha y pidió postergar el duelo porque tenía seis futbolistas afectadas a un torneo de futsal que se disputaba fuera de la provincia. Minero también tenía dos jugadoras en esa situación, pero el DT señaló que el reglamento no contempla reprogramaciones por otra disciplina y que, de hecho, tampoco se las conceden cuando sus propias futbolistas juegan futsal en otra institución.
Recién el viernes San Martín presentó disponibilidad para jugar el lunes feriado en el predio Emmanuel Más, sede habitual del equipo. Minero comenzó entonces los preparativos: gestionar movilidad, coordinar traslados y reorganizar al plantel, especialmente a las jugadoras que viven en zonas alejadas como Carpintería y San Martín, donde el servicio de colectivos es reducido en feriados. Pero la planificación se vino abajo el domingo en la noche, cuando la Liga les informó que el encuentro ya no sería el lunes sino el miércoles, debido a que la lluvia habría dejado las canchas inutilizables.
El plantel decidió presentarse igualmente el lunes en el predio para corroborar la situación. Según Cabrera, nadie los atendió, no había árbitros asignados y el campo de juego “estaba espectacular”, por lo que las jugadoras tomaron fotografías para documentarlo. A su entender, el sintético del predio "tiene un drenaje que permite jugar incluso después de tormentas fuertes".
El cambio al miércoles -día laboral- terminó por desarmar al equipo. Varias futbolistas de Minero trabajan en el campo o en tareas que no permiten ausencias, y una de ellas debía rendir el examen de ingreso a Gendarmería. El club apenas logró reunir a cinco jugadoras, número insuficiente para iniciar el partido, lo que dejó a San Martín clasificado sin disputar un minuto. “Las chicas estaban muy dolidas. Podemos perder puntos, pero no así. Esto se podría haber jugado sin problemas”, lamentó Cabrera, quien sostuvo que la situación generó “manoseo” y desconcierto en el plantel.