Estudiantes volvió a demostrar por qué atraviesa uno de los mejores momentos de su historia reciente. En una final intensa y cambiante, el Pincha reaccionó a tiempo, dio vuelta el marcador sobre el cierre y venció 2-1 a Platense en el Estadio Único de San Nicolás para quedarse con el Trofeo de Campeones 2025, sumando una nueva estrella a sus vitrinas y reafirmándose como el club más campeón del fútbol argentino.
El partido tuvo un primer tiempo parejo, con momentos de estudio y pocas concesiones. Estudiantes intentó asumir el protagonismo desde la posesión, con Cetré y Tobio Burgos buscando desequilibrar por las bandas, mientras que Platense apostó a un bloque ordenado y a lastimar con transiciones rápidas. La más clara de esa etapa fue para el Pincha, con un remate potente de Cetré que encontró una gran respuesta de Federico Losas, figura clave del Calamar a lo largo de la final.
En el complemento, Platense golpeó de entrada. A los cuatro minutos, Franco Zapiola apareció por sorpresa en el área y definió con precisión para poner el 1-0 y encender la ilusión del equipo que había ganado el Torneo Apertura. Incluso, minutos después, Mainero tuvo el segundo mano a mano, pero su remate se fue apenas desviado ante la salida de Fernando Muslera. Ese pasaje parecía inclinar la balanza a favor del Calamar.
Sin embargo, Estudiantes no perdió la calma. Con el correr de los minutos, el equipo de La Plata fue arrinconando a su rival, empujado por los ingresos de José Sosa y, especialmente, de Lucas Alario. El goleador necesitó poco tiempo para dejar su marca: a los 34 minutos del segundo tiempo conectó en el área y puso el 1-1, un empate que cambió el clima del partido y dejó a Platense visiblemente golpeado.
Cuando todo parecía encaminado a una definición ajustada, el Pincha dio el golpe final. En tiempo adicionado, tras otro tiro de esquina y en medio de la presión constante, volvió a aparecer Alario para marcar el 2-1 definitivo y desatar el festejo albirrojo. El delantero selló su doblete y se convirtió en el héroe de una final que confirmó el carácter y la jerarquía del campeón.
Así, una semana después de consagrarse en el Torneo Clausura, Estudiantes cerró el año con otro título y una nueva muestra de vigencia. Platense, pese a la derrota, dejó una imagen competitiva y fue protagonista hasta el final. Pero la noche en San Nicolás quedó teñida de rojo y blanco: el Pincha volvió a levantar una copa y a ratificar su lugar de privilegio en la historia del fútbol argentino.