Y el día llegó. El Peque Schwartzman decidió ponerle punto final a su carrera como profesional y retirarse en el Argentina Open, rodeado de su gente y de todos los que lo fueron a ver sobre el polvo de ladrillo. El tenista argentino lo había anunciado el año pasado, y sin querer, el tiempo voló y este jueves le tocó colgar la raqueta. Tras 15 años de carrera tuvo su despido a lo grande: 8 mejor del mundo, 4 títulos y el antecedente que lo coronó en San Juan.
Después de tanto imaginarlo, Diego tuvo su última batalla y pese a dejarlo todo frente al español en la derrota de la segunda ronda, no fue motivo para amargarse. El público lo aturdió con su un aplauso inmenso y todo lo que tiene para contarle a sus generaciones son los triunfos, anécdotas y las experiencias que fue acumulando durante el viaje.
Durante más de cuatro años se mantuvo en el top 20, llegó a ubicarse en el 8° casillero del ranking (solo 11 tenistas masculinos de nuestro país lograron estar en el lote de los 10 mejores), alzó cuatro títulos (Río de Janeiro, Estambul, Los Cabos y Buenos Aires), alcanzó otras 10 finales, se clasificó a las ATP Finals, le ganó a Rafael Nadal en polvo de ladrillo y hasta clavó semifinales de Roland Garros. El Peque rompió con todos los pronósticos de aquellos que le habían augurado un futuro lejos de las canchas.
El partido y el resultado en el difícil Argentina Open pasaron a un segundo plano, porque lo más importante -sin duda-, fue la despedida: el adiós y la persiana que se baja para darle camino a una nueva etapa.
El día que el Peque Schwartzman se coronó en San Juan:
Era lunes 19 de octubre. En ese entonces el Peque tenía 22 años y ya marcaba terreno en el polvo de ladrillos. Con toda -y la poca- experiencia que a esa edad tenía, conquistó la tercera edición de la Copa San Juan Gobierno, que se disputó en el Club Banco Hispano y repartía 40.000 dólares en premios. El tenista argentino venció en la final al brasileño João Souza (104°) por 7-6 (5) y 6-3, en una hora y 35 minutos de juego.
Tras lograr ese título, en ese entonces Schwartzman se adjudicó el quinto título challenger de su carrera y que se sumó al obtenido en Buenos Aires en 2012 y los conseguidos en Campinas, Praga y Aix en Provence esta temporada.