Miles de historias y de sueños distintos. Distancia que recorren persiguiendo un sueño y sacrificios que mañana darán sus frutos. Una de las tantas es la del nuevejulino Nicolás Rivero. El futbolista viste los colores de San Martín y por las tardes sale a hacer changas para poder cargarse la SUBE y viajar todos los días al Predio Emmanuel Mas para los entrenamientos.
El juvenil es oriundo del departamento del Este, tiene 19 años y cuatro hermanos: "Mi mamá es el sostén de la casa", afirmó el jugador verdinegro, quien todos los días se levanta a las 7 de la mañana para hacer kilómetros y kilómetros en la línea 364 de la Red Tulum.
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Nico (el primero de la izquierda) junto a su familia
Nico dio sus primeros pasos con una pelota cuando tenía 5 años y pasó por Alianza, Arac de Caucete y Libertad Juvenil. En una prueba que hacía San Martín para su categoría no dudó en probar y le fue bien para quedar seleccionado entre tantos.
El central arma su día y la mochila la noche anterior para salir temprano por la mañana a entrenar: "Salgo a las 7 a tomar el colectivo y llegar a horario, o a veces sólo 15 minutos antes. Por las tardes hago changas para poder pagarme los viajes, con el tema de la carpintería o cortando el pasto", aseguró Nico a Tiempo de San Juan.
Cuando llegue a cobrar mi primer sueldo me gustaría ayudar a mi mamá para devolverle un poco de todo lo que hace por mí Cuando llegue a cobrar mi primer sueldo me gustaría ayudar a mi mamá para devolverle un poco de todo lo que hace por mí
Rivero, el jugador de la Cuarta de San Martín, tiene de ídolo a Messi y sueña cada día con ser profesional para ayudar económicamente a los suyos. Para ser defensor, lleva 9 goles en la categoría y bromeó al decir que 'tiene más cositas más de delantero que de central'.