En medio de un clima hostil, con silbidos en las tribunas y chicanas, la Selección Argentina de rugby seven quedó eliminada ante Francia y se quedó sin la chance de colgarse una medalla en los Juegos Olímpicos que se celebran desde este miércoles en París. De esto estuvo hablando justamente el profe Jorge Artola, especialista de la actividad en San Juan, quien en diálogo con Tiempo Olímpico puso en foco el papel que jugó la hinchada francesa en el rápido adiós de Los Pumas.
El conjunto argentino perdió 26-14 pese a la gran remontada, en medio de un ambiente áspero que ya venía desde Kenia, Samoa y los Wallabies, en cuyos partidos ya se habían escuchado los silbidos y reprobaciones al himno nacional. Para Otarola la localía francesa fue uno de los factores que definió el partido: "El título de candidato para Argentina complicó un poco. El primer tiempo no fue bueno. Y a Francia el fervor de la gente y la ansiedad le jugó a favor, le permitió tener la posesión de la pelota en el área y eso marcó la diferencia. Fueron pequeños detalles que marcaron la diferencia al final".
Además señaló que el contexto en el que jugaron Los Pumas 7s en el Stade de France de Saint-Denies no es común para ellos. "En el rugby seven están las tribunas vacías hasta las finales. No es simple encontrarte en unos Juegos Olímpicos, a los que vas a disfrutar, con otra realidad. Las sensaciones son extrañas. El argentino no disfruta, es un lugar conflictivo. Hemos generado a través del fútbol algo que vamos a tener que reflexionar o pensar. Sabemos lo que es el fútbol en nuestro país y estamos trasladando una imagen difícil. No hago juicio de opinión, pero digo que todos, desde periodistas hasta , tenemos que sentarnos para programar algo para marcar el camino a futuro", señaló.
Por otro lado expresó que hay que ser respetuosos de los procesos y apuntó al futuro: "En Argentina somos de plantearnos los resultados del escalón del podio para arriba. Había una expectativa muy grande con Los Pumas, además porque el país necesitaba una medalla. Pero si bien en ese caso fue una frustración, porque habían hecho una buena preparación e invirtieron mucho a largo plazo, si no se dio ahora se dará después".
"Chiqui" Wiernes y sus recuerdos de Los Ángeles 1984
Hijo pródigo de Obras San Juan, empezó en el mundillo del vóley con apenas 12 años. A los 15 ya estaba instalado en Buenos Aires, jugando para GEBA, y con 16 ya entrenaba con la Selección Argentina, oportunidad que le permitió recorrer prácticamente todo el mundo y disputar distintos torneos internacionales. Claro que el más importante para él fue sin dudas su participación en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles en 1984, donde también estuvo otro comprovinciano, Raúl Quiroga.
"Uno dimensiona con el tiempo lo que son los Juegos Olímpicos, que son la mayor manifestación deportivo, social y cultural de la humanidad. Una cosa es verlo por tele, y otra es poder vivirlo. Es impresionante para cualquier deportista por todo ese movimiento olímpico que se origina en todo el mundo", expresó contando de antemano para Tiempo Olímpico.
Wiernes, quien conserva el peluche de Sam, el águila olímpica de Los Ángeles 84 y una gaseosa de vidrio de aquella época, con el logo de la competencia, expresó que aquella experiencia quedó grabada para siempre en sus retinas. "El choque cultural es monstruoso. Son miles deportistas con los que convivís y compartís muchas cosas".
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