Cristian recorrió más de 10.000 kilómetros para conseguir el autógrafo de Lionel Messi sin imaginar que lo iba a tener en su tierra, Pocito. Fue al Parque de los Príncipes cuando Leo fue presentado como nueva incorporación del PSG, tras una abrupta salida del Barcelona, y después intentó cumplir su sueño en San Pablo, en aquel polémico Argentina-Brasil que terminó suspendido. Ahora hizo nuevamente de todo para poder verlo en San Juan: “Cancelé mi viaje y puso en riesgo mi trabajo por su firma. Dije ´es ahora o nunca´”.
El joven que desde hace varios años trabaja en una empresa de limpieza de garajes en Dinamarca canceló su vuelo a último momento para poder hacer realidad su sueño. En este contexto, tuvo que hacer un sinfín de trámites laborales y con la compañía de viajes para poder cambiar los pasajes. “Mi familia y amigos me dicen que estoy loco, pero era imposible irme sabiendo que Messi va a jugar a 4 kilómetros de mi casa. Sinceramente no sé qué va a pasar cuando vuelva, uno de mis trabajos es freelance, pero el otro no. Cuando regrese me enteraré si sigo o no”, bromea.
Para Cristian es ahora o nunca. Cuenta que, desde hace algunos meses, cuando decidió retratar a Lionel Messi en su pierna izquierda, imaginó estampada en el mismo lugar la firma del futbolista. Por eso viajó a Francia y a Brasil, pero sin suerte, ya que nunca pudo concretar su objetivo por cuestiones de agenda y de aeropuerto: “Vengo viajando por distintos países del mundo siguiendo a Messi, básicamente. Cuando fui a San Pablo, el vuelo se retrasó y no llegué al partido, ni al hotel”.

Cuando se enteró que la Selección Argentina regresaba a San Juan, nada menos que por Eliminatorias y contra Brasil, no dudó en desarmar las valijas que estaban listas para emprender la vuelta a Dinamarca. A la provincia había llegado unas semanas atrás para visitar a su familia e hijo. “Messi es Dios. No quiero perderme esta oportunidad. Sé que aquí quizás sería más accesible verlo. Lo único que quiero es que me firme el tatuaje”, sostiene.
Cristian no sabe si irá al partido. Sabe que quizás ese mismo lunes 15 de noviembre, cuando largue la venta de entradas en el Autódromo El Villicum, el equipo albiceleste podría arribar a San Juan con Messi a la cabeza. “Me dividiré en dos, no sé”, se ríe. “Quizás no pueda ir a la cancha, quiero hacer guardia en el hotel. Con la firma de Messi ya soy feliz”, cierra.