El té de jengibre dejó de ser una simple tradición oriental para convertirse en una de las infusiones naturales más populares del mundo. Utilizado desde hace siglos en la medicina asiática, hoy cuenta con respaldo científico que confirma varios de sus efectos positivos sobre la salud.
El protagonista es el gingerol, su compuesto activo más importante, responsable de aliviar molestias digestivas, contribuir a la pérdida de peso y fortalecer el sistema inmunológico. Pero no es el único: el shogaol y la zingerona potencian sus propiedades antiinflamatorias y relajantes.
1. Alivia la hinchazón y las molestias digestivas
Estudios publicados en la revista Nutrients demostraron que el jengibre relaja el tracto gastrointestinal y reduce la inflamación intestinal. Así, disminuye la hinchazón, los gases y las náuseas, además de favorecer el tránsito digestivo. Preparado con raíz fresca, sus efectos se intensifican.
2. Favorece la pérdida de peso
Gracias a sus propiedades antiinflamatorias, antioxidantes y diuréticas, el té de jengibre ayuda a evitar la retención de líquidos y a estimular el metabolismo de las grasas. Investigaciones de instituciones como Harvard y los Institutos Nacionales de Salud de EE.UU. señalan que, acompañado de una dieta equilibrada y ejercicio, contribuye al control del peso.
3. Regula la presión arterial
Publicaciones en Clinical Science of Nutrition indican que el jengibre actúa de manera similar a ciertos vasodilatadores, ayudando a reducir la presión arterial sistólica. Su consumo regular promueve la relajación de los vasos sanguíneos y protege al corazón del daño oxidativo.
4. Mejora el perfil lipídico
El consumo habitual de esta infusión puede disminuir los niveles de colesterol LDL y triglicéridos, lo que favorece la salud cardiovascular, sobre todo en personas con sobrepeso o riesgo metabólico.
5. Controla la glucosa
El jengibre colabora en la regulación del azúcar en sangre, ofreciendo un apoyo complementario a quienes tienen diabetes tipo 2 o resistencia a la insulina.
6. Reduce la inflamación crónica
Su efecto antiinflamatorio comprobado ayuda a controlar dolencias como la artritis, además de aliviar dolores musculares y articulares.
7. Refuerza el sistema inmunológico
Con acción antioxidante y antibacteriana, el té de jengibre combate los radicales libres, fortalece las defensas y alivia molestias como el dolor de garganta. Su combinación con miel, limón o cúrcuma potencia aún más estos efectos.
Precauciones a tener en cuenta
A pesar de sus beneficios, no todos pueden consumirlo libremente. Especialistas recomiendan evitar el exceso y consultar con un profesional en casos de embarazo, tratamientos con anticoagulantes o insulina, y en personas con problemas renales o biliares.
Cómo prepararlo correctamente
Para una taza, se aconseja usar entre 2 y 5 centímetros de raíz fresca, cortada en rodajas finas, en agua recién hervida. Se deja reposar de 5 a 10 minutos. También puede prepararse con jengibre seco o molido, y enriquecerse con limón, menta, canela o miel.
La ingesta recomendada suele ser de una a tres tazas por día, dependiendo de la tolerancia de cada persona. La clave está en la constancia, la moderación y la consulta profesional para un uso seguro.
El té de jengibre, lejos de ser una moda pasajera, se afianza como una aliada natural para la salud cuando se incorpora de manera equilibrada en la rutina diaria.