Tras ser suspendidas en sus funciones por alegar objeción de conciencia en un aborto, las dos enfermeras del Centro Integral de la Mujer y el Niño (Cimyn) ya se reincorporaron a sus puestos, según informó radio Estación Claridad. Ahora esperan ver el alcance de la sanción económica en sus próximos recibos de sueldos, en un caso que probablemente llegue a la justicia ordinaria.
Las profesionales de la salud fueron sancionadas con una suspensión sin goce de haberes luego de negarse a asistir en una interrupción de embarazo el pasado 12 de septiembre, argumentando las dos ser objetoras de conciencia, una por 8 días y otra por 2 días.
El caso se visibilizó por reclamos públicos de las enfermeras, que buscaron patrocinio legal y apoyo del gremio ATSA; además de recibir apoyo de entidades y organizaciones políticas como el partido Dignidad Ciudadana.
Las mujeres temen ser despedidas y esperan la liquidación del sueldo del mes de octubre, lo que ocurrirá los primeros días de noviembre, para con ese dato definir su estrategia legal, ya que según informó oportunamente su defensora, Mónica Lobos, además de pedir la impugnación de la sanción no descartan llevar el caso a la Justicia.
Esta situación en el Cimyn abrió el debate en San Juan sobre la objeción de conciencia. La dirección de la clínica considera que no les corresponde porque no son ejecutoras directas de la práctica de interrupción del embarazo.