Artífice de la Alianza Francesa, alma máter del auditorio y "la vieja del Docke": las mil vidas de Carmen Renard y los documentos inéditos
Clave en la reconstrucción de San Juan y pionera en su disciplina, Carmen Renard fue la primera mujer arquitecta premiada del país. Su legado profesional convive con una inesperada huella en la cultura popular argentina. Una breve aparición en Okupas que, con los años, la volvió inolvidable para nuevas generaciones. Ahora, Tiempo de San Juan muestra documentos históricos que evidencian el importante rol de la profesional en la vida cultural de la provincia y sus tareas ad honorem para un icónico inmueble.
Durante décadas, el nombre de Carmen Renard quedó asociado a una de las obras más emblemáticas de San Juan, como lo es el Auditorio Ingeniero Juan Victoria. En los últimos años, una nueva generación la conoció -sin saberlo- a través de una escena inolvidable de Okupas, donde su figura silenciosa y perturbadora quedó grabada en la memoria colectiva como “la vieja del Docke”. Entre esos dos mundos, la arquitectura y la actuación, se despliega una trayectoria mucho más amplia, que hoy suma un nuevo capítulo. Documentos inéditos que confirman su rol central en la consolidación y ampliación de la histórica sede de la Alianza Francesa en San Juan.
Tiempo de San Juan tuvo acceso a tres documentos originales, todos con la firma de Carmen Renard -nacida en 1915-, que salen a la luz pública por primera vez y permiten reconstruir con precisión su intervención técnica, institucional y ad honorem en la casona ubicada en la esquina de Mitre y Sarmiento, uno de los edificios culturales más representativos del centro sanjuanino.
Planos, firmas y reconstrucción
El primer documento corresponde al plano de consolidación del edificio propiedad de la Alianza Francesa. Allí se detallan el plano general del hormigón armado y el sistema eléctrico, en un contexto histórico marcado por las exigencias estructurales posteriores al terremoto de 1944. Ese plano fue aprobado por el Departamento de Inspección General del Consejo de Reconstrucción de San Juan, organismo dependiente del Ministerio del Interior de la Nación, lo que confirma que la obra se desarrolló bajo los parámetros oficiales. Contiene la firma de una autoridad de Reco Constructora S.A., empresa a cargo de la arquitecta.
Plano consolidación
Un segundo documento incorpora una dimensión institucional clave, como lo es el plano de ampliación. Lleva la firma de Carmen Renard como responsable de Reco Constructora S.A., junto a la del entonces presidente de la Alianza Francesa. Trata sobre el plano general y la estructura del proyecto del edificio.
Plano ampliación
El tercer documento, fechado el 26 de abril de 1966, suma un dato de peso en la historia local. Allí aparece el nombre del ingeniero Hilario Sánchez, presidente del Consejo Nacional de Construcciones Antisísmicas y de Reconstrucción de San Juan (C.O.N.C.A.R.) y figura icónica de la provincia, recordado también por su rol como presidente del Club Atlético San Martín, cuyo estadio lleva su nombre.
Nota ampliación
En ese texto se solicita formalmente a Sánchez que exima a la Alianza Francesa de la presentación de un contrato de obra, ya que los trabajos de ampliación se ejecutaban “por administración”, bajo la dirección técnica y administrativa de la arquitecta Carmen Renard. El escrito también dejó constancia que la profesional no percibía honorarios “de ninguna especie” por su labor, entendida como una colaboración a una institución cultural sin fines de lucro. El documento, también firmado por Renard, certifica su intervención directa y ad honorem en las tareas realizadas sobre la histórica casona.
Una casa al borde de la demolición
Daniel Izasa, presidente de la Alianza Francesa filial San Juan, explicó a Tiempo de San Juan el contexto en el que se dio esa intervención. “Cuando se compró la casa, en 1957, ya había pasado el terremoto de 1944 y estaba en funcionamiento el Consejo de Reconstrucción. En un momento, el Consejo intima a la Alianza a consolidar la casa o, de lo contrario, avanzar con la demolición”, relató.
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Esa intimación fue el punto de partida para una serie de obras que permitieron salvar el edificio y garantizar su continuidad. La documentación ahora conocida aporta sustento técnico y administrativo a una historia que hasta el momento se transmitía, en gran parte, de forma oral e institucional.
San Juan como territorio de obra
Tras el terremoto de 1944, Renard se trasladó a San Juan y participó activamente del proceso de reconstrucción urbana. Su propuesta inicial de planificación integral -con calles más anchas, espacios verdes y viviendas en lotes amplios- no llegó a concretarse, pero dio paso a una intensa producción arquitectónica en la provincia, expresó el medio Infobae.
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Renard durante sus años en la provincia. La foto fue tomada en 1955. La arquitecta aparece en el centro arrodillada, con vestido negro y un collar.
Proyectó edificios de renta y un total de nueve escuelas primarias junto al arquitecto Daniel Ramos Correa, y formó un estudio para continuar su trabajo en San Juan, compartiendo escena con figuras como Enevaro Rossi y Félix Pineda, referentes del movimiento moderno local.
En ese contexto desarrolló su obra más reconocida. Se trata del Auditorio Ingeniero Juan Victoria, proyectado junto a Mario Pra Baldi, Eduardo Mario Caputo Videla y el ingeniero Federico Malvarez, responsable de la acústica. Renard fue la única mujer del equipo. Inaugurado en 1970, el auditorio fue reconocido internacionalmente por su calidad sonora y su concepción arquitectónica, y en 2004 fue declarado Monumento Histórico Nacional.
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El Auditorio Juan Victoria, el emblema sanjuanino planificado por Renard.
La primera arquitecta premiada del país
Arquitecta formada en la Universidad de Buenos Aires, Carmen Renard ingresó a la carrera en 1934, en una época en la que la presencia femenina en la arquitectura era excepcional. Durante su etapa como estudiante, varios de sus proyectos fueron publicados en la Revista de Arquitectura, un reconocimiento temprano a su nivel técnico.
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En 1941 fue becada para realizar un posgrado en la Universidad de Columbia, en Estados Unidos, donde se formó en urbanismo y preservación urbana. A su regreso a la Argentina, en 1942, ganó el concurso de proyectos para el Mausoleo del Círculo de la Prensa, en el cementerio de la Chacarita, imponiéndose entre referentes de peso de la arquitectura nacional. Ese logro la convirtió en la primera mujer arquitecta premiada del país y, posiblemente, la primera en obtener un concurso de proyectos en solitario a nivel nacional, un hito que marcó un antecedente en la historia de la arquitectura argentina.
De la arquitectura a "la vieja del Docke"
Mientras su carrera profesional se consolidaba, Carmen Renard sostuvo en paralelo una vocación artística vinculada al teatro y la actuación. En San Juan impulsó una experiencia pionera al montar una sala teatral en el living de su casa, conocida como “El Planario”, considerada la primera propuesta de teatro independiente local.
Tras su retiro de la arquitectura, volcó esa vocación al ámbito profesional y comenzó a trabajar en cine y televisión desde comienzos de la década de 1980. Participó en películas como El lado oscuro del corazón, de Eliseo Subiela; El sueño de los héroes, de Sergio Renán; y De amor y de sombra, producción internacional protagonizada por Antonio Banderas y Jennifer Connelly.
En 2001, su aparición en Okupas, dirigida por Bruno Stagnaro, la convirtió -sin pronunciar una sola palabra- en uno de los personajes más recordados de la serie. El personaje, conocido popularmente como “la vieja del Docke”, se caracteriza por una presencia inquietante, una risa particular y una breve intervención que contribuye a tensar una de las escenas más emblemáticas de la ficción.
Embed - Okupas - ¿La vieja del Docke es el Diablo?
Con el paso del tiempo, esa figura fue resignificada por el público, generando lecturas simbólicas y una circulación persistente en redes sociales, donde quedó asociada a interpretaciones sobre su rol anticipatorio dentro de la trama.
Arquitecta, gestora cultural, actriz de cine y televisión, Carmen Renard murió en 2004. Desarrolló una trayectoria marcada por la diversidad de ámbitos y la continuidad en el hacer. Los documentos inéditos a los que accedió Tiempo de San Juan suman ahora una nueva capa a esa historia: la de una profesional que intervino de manera directa, formal y gratuita para preservar uno de los edificios culturales más importantes de la provincia.