Una nueva y silenciosa forma de acoso escolar está afectando a adolescentes sanjuaninos y encendiendo las alarmas entre padres y profesionales de la salud mental. Se trata de los canales de difusión anónimos de WhatsApp, espacios virtuales donde circulan mensajes cargados de violencia emocional, sin control ni consecuencias aparentes, que según un especialista se observan como otra forma de bullying.
Silvana Bellotti, psicóloga especializada en adolescencia, fue quien advirtió sobre esta preocupante situación tras escuchar los testimonios de distintos jóvenes sanjuaninos. “En los últimos días, varios adolescentes me hablaron de esto. He escuchado relatos de chicos llorando, angustiados, con miedo de ir al colegio. Algunos han sido víctimas directas, otros testigos. Pero todos están siendo afectados”, relató.
Según explicó, estos canales funcionan como una especie de “megáfono” digital: un administrador envía mensajes a cientos de adolescentes, sin que nadie pueda ver quiénes integran el grupo. Los números y nombres de los participantes permanecen ocultos, generando una sensación de anonimato total. Y es precisamente ese anonimato el que muchos utilizan para hacer daño.
“En estos canales se están difundiendo rumores sexuales, insultos crueles, acusaciones graves e incluso información íntima o relacionada con la salud de otros adolescentes”, advirtió Bellotti. “Es una nueva forma de bullying digital, silenciosa, destructiva y muy difícil de rastrear”, aseguró.
Las consecuencias emocionales
El impacto en los adolescentes es profundo y alarmante, teniendo en cuenta el análisis de la profesional. Muchos chicos manifiestan angustia, llanto, miedo de asistir al colegio, aislamiento social y una fuerte caída de la autoestima. “Muchos no saben cómo frenar esta violencia”, señaló la especialista.
Como consecuencia, la licenciada Bellotti fue clara en su llamado a las familias y recomendó: “Escuchar sin juzgar, hablar del tema y acompañar emocionalmente a los chicos. Además de estar atentos a sus posibles cambios de ánimo, revisar junto a ellos qué grupos o canales integran y buscar ayuda profesional en los casos en que sea necesario”.
También remarcó que es importante educar sobre el uso responsable de las redes y hablar abiertamente sobre el impacto del anonimato, que muchas veces desinhibe las conductas agresivas y hace que los jóvenes no midan las consecuencias de sus actos.
¿Cómo pueden protegerse los adolescentes?
Desde el rol de los propios chicos y chicas, la especialista recomienda:
- No quedarse solos ante estas situaciones.
- Contar lo que pasa a un adulto de confianza.
- Salir de los canales que los hacen sentir mal.
- No participar ni compartir contenidos dañinos.
- Crear redes seguras con amigos que los apoyen.
- Guardar evidencia de lo que ocurre y denunciar si es necesario.
“El silencio protege al agresor. La palabra consciente protege a quien sufre. Por eso es fundamental hablar del tema, generar entornos digitales sanos y seguros, y acompañar sin miedo”, concluyó Bellotti.