El ex presidente Mauricio Macri jura y perjura a quien quiera escucharlo que aprendió de los errores cometidos en su primer mandato, su "Primer tiempo".
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SUSCRIBITEEl ex presidente Mauricio Macri jura y perjura a quien quiera escucharlo que aprendió de los errores cometidos en su primer mandato, su "Primer tiempo".
Entre ellos, suele hacer hincapié en lo que muchas veces llamó “un ajuste gradual”, en lugar de la política de shock que, sostiene, debió haber implementado.
Su nuevo libro se titula “Para qué”, y la pregunta podría continuar así: “Para que quiero ser presidente”.
En el capítulo que trascendió en medios antes de su lanzamiento, Macri expone como resolver algunas cuestiones que él considera claves en el manejo del Estado.
Al mismo tiempo, busca tender un lazo con los sectores libertarios y ultra liberales de la política nacional, en el marco de una alianza opositora resquebrajada, con Facundo Manes lanzando acusaciones de espionaje, y el jujeño Gerardo Morales llamándolo a las urnas para “ponerle una paliza”.
Contra la mitad de su espacio, revaloriza el surgimiento de voces como las de José Luis Espert y Javier Milei, con una frase que no deja dudas: "El resurgimiento del ideario liberal ha sido una verdadera bocanada de aire fresco frente al monopolio del relato populista".
Un punto clave para ordenar la economía nacional, y pelear seriamente contra la inflación, es controlar el déficit fiscal. Macri lo entiende así y advierte que irá a una “reducción drástica del déficit fiscal”. Para esto, también cundiera necesaria una “reducción drástica del gasto público (…) Cada ministerio, cada área, cada repartición pública deberá impulsar todas las reducciones que sean necesarias de manera urgente e inmediata”.
El proceso de cambio que Macri imagina se sostiene en un achicamiento de un estado al que ve elefantiásico e ineficaz. “Existe una larga lista de empresas públicas que deberán pasar a ser gestionadas por el sector privado sin excepciones, o que deberán ser eliminadas", sostiene. La lista, prima facie, que uno imagina incluiría a YPF (a manos privadas) y Aerolíneas Argentinas (suprimida).
Macri promete también dar pelea contra la burocracia sindical: “Debemos tener la valentía de terminar de inmediato con legislaciones obsoletas en materia laboral, sindical, previsional y fiscal”.
Ante las consecuencias que podría traer este plan de cambio, con manifestaciones y cortes de calle (sobre todo en CABA) que muchos ya suponen por miles, Macri enciende la alarma: “El derecho de protesta debe encontrar un límite: Tendremos que replantearnos, la sociedad y sus líderes, la política en materia de cortes de calles y rutas (…) No existe ninguna posibilidad de que continuemos asistiendo al triste espectáculo de fuerzas de seguridad que no actúan”.
“Deberemos terminar para siempre con los extorsionadores de la paz social”, avisa, y promete: “Terminaremos con los gerentes de la pobreza. La intermediación parasitaria en materia de distribución de ayuda tiene que terminarse".