¿Impulsarías la llegada del Papa a la Argentina para reunirse con Javier Milei?
La respuesta es sí. La palabra impulsar, no. Promovería. Promuevo. La armonía se crea de la disonancia. La cosmovisión de Javier Milei -el anarcocapitalismo, la libertad de toda restricción pública al sector empresario, la aberración de la justicia social- son atitéticas con algunos planteos del Papa que pone la mirada en la justicia social, una mirada no solamente compasiva, sino protagónica del movimiento social, una revalorización del rol del Estado como garante del bien común. Pareciera haber una disonancia. Pero de la disonancia se construye la armonía. Tenemos una sociedad partida políticamente y socialmente. Ninguna sociedad puede prosperar así. Hay que cerrar la grieta social. La grieta que hay entre el centro de San Juan que es lindo y próspero, que tiene agua, luz cloacas, y el barrio Alfonso XIII, que tiene letrinas. Después, la polarización política no llega a nada bueno. El Papa tuvo un gesto muy cristiano con Milei, que le fue a pedir perdón. El Papa lo perdonó. Milei le pidió un abrazo, lo abrazó. En lo humano es donde nos podemos encontrar. Eso significa que todos aceptemos el derecho a existir del otro. Puede haber disputas, pero no antagonismos. Espero que venga, que sea un viaje donde no esté tironeado. Puede ir a Santiago del Estero, donde es el primado, y algún lugar más. Que la gente común de nuestro pueblo tenga la posibilidad de ver al argentino más importante de la historia de nuestro país. Nos guste o no, es el Papa y salió de nuestra patria.
Pese a la cifra de probreza, el apoyo a Milei sigue bastante alto
Salgo un poco de mi actitud armónica. Durante el Gobierno de Milei la pobreza aumentó a un ritmo nunca antes visto. En seis meses, cinco millones más de personas pobres y tres millones de indigentes, que son los que no comen. Ni que hablar de la pobreza infantojuvenil, más del 65%. Entonces, el número suena frío, pero 50% es uno de cada dos. Hay dos argentinos, uno es pobre y otro no. Y el 20% de indigencia es uno de cada cinco. Uno de cada cinco de nosotros no come. Y en los chicos se profundiza. El primer dato es que, aunque Milei tenga un nivel de apoyo del 99%, yo estoy en contra igual porque es inmoral aceptar un modelo donde de planificó y se decidió deliberadamente una devaluación del 118%, que es una disminución del poder adquisitivo de los trabajadores formales, informales, cuentapropistas, una transferencia a otros sectores superior nivel económico, que por ahí había que tomar una devaluación, pero no tan grande y compensada como se ha hecho muchas veces en la historia compensada con política social.
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Como había hecho Sergio Massa
Malísima la devalución de Massa, pero fue compensada. Entonces el impacto no fue tan grande, aunque creció la pobreza. Le pedí a Guzmán que me pase los datos. Marca claramente que con la devaluación de Massa es cuando inició el ascendo de la pobreza, que venía disminuyendo. Ahora, ni bien asume Milei, mete la devaluación y mete el ajuste en tres sectores que son muy sencibles para la pobreza: jubilaciones, que es aberrante poner a un jubilado entre comprar los remedios y comer es aberrante, el tafirol no te lo dan más gratis, me lo decía una vecina del barrio Alfonso XII.
Otra vecina, más joven, Azucena, me contaba que trabaja en casas particulares de personas jubiladas que no puede limpiar la casa y que la necesitan, pero no le puede pagar más. Estoy hablando de una mujer pobre de toda pobreza. Ella cuando podía iba y les ayudaba. Esta cosa del pueblo solidario tratando de resolver las cosas que el Estado no resuelve. También está el ajuste de partidas alimentarias y ajuste de la obra pública, que es lo que más empleo genera. No hubo un ajuste, si vos ves los números de salarios de la política, no solamente no hubo un ajuste sino que hubo una recomposición por arriba de la inflación. Todo el relato de la casta fue una mentira para ajustar a la gente normal. Es una política de miseria planificada.
Por eso nosotros sentimos la obligación de combartirlo desde lo político, que es mi rol ahora, y desde lo social por una razón triste, no hay canales de diálogo. El movimiento sindical tiene como escencia la negociación. Buscar la mejor solución posible en el contexto en el que estamos. Con Milei no vamos a esperar a que se realice el ideal de Tierra, Techo, Trabajo. Pero por lo menos que la gente tenga para comer. Las tres E. Tres comidas. No se les va a caer el ajuste por eso. Pero no se puede dialogar. Es gente prejuiciosa. Somos chorros, narcos, ladrones, aunque no lo puedan probar. No tengo un sólo procesamiento. Cuando la ministra de Seguridad, que está parada en el caballo del comisario, en el comando central de 100.000 hombres armados, diciendo que soy un chorro, está invitando al linchamiento.
Pensas que eso tuvo que ver con lo que pasó en el aeropuerto
Estuvieron desde el discurso del Papa hasta que volví con los trolls y las redes sociales. Fue muy fuerte. Ya me había pasado otras veces en menor escala. Hay veces que lo digo más tranquilo o más enojado, pero mi decisión es que no voy a bajar la cabeza y me voy a ir. Ni de ahí, ni de un barrio de clase media alta, donde puede vivir mi mamá, mi papá, mis amigos de la escuela, porque yo vengo de una familia económicamente de buena posición. Después tomé un camino en la vida que me hace vivir más austeramente. Pero sigo teniendo mis amigos de Barrio Norte, que es un barrio cheto de la Ciudad de Buenos Aires, y yo me voy a tomar un café y si alguien me quiere putear, que me putee.
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Te voy a leer algo que dijiste en una entrevista: "Tan boludos no eran, aunque nos estamos refiriendo a un sector del peronismo que creyó que Milei se terminaba". Hay sectores del peronismo de San Juan que siguen diciendo que ya se va a caer. ¿Cómo se puede explicar?
Para mí se va a caer. Es insustentable. Se va a caer electoralmente, antes, no sé. El tema es que se va a caer cuando ya haya terminado el daño. El tema es oponerse democráticamente ahora. El tema no es especular con que se caiga, es que no se sancione el RIGI, que es un programa de la destrucción de la industria nacional. Es puro extractivismo del malo. Estuve en el Insitituto Sismográfico, que es una reliquia de San Juan, creado después del terremoto del '44. Entrás y hay cinco genios de la geofísica de nivel mundial, que los consultan de la NASA. Ellos dicen que la agricultura y la minería se chuparon el agua acumulada durante 10.000 años, que se va a terminar el agua, puede ser en cuatro años, en diez. No tienen claridad porque no tienen el instrumental. Uno de los instrumentos vale 150.000 dólares, que no es mucho para un Gobierno, pero el exministro Sergio Massa no se los aprobó, y este Gobierno le dio de baja a la compra. Es para ver donde hay agua. El RIGI lo que dice es que extraigan líquido, extraigan tierras raras, extraigan oro, extraigan lo que sea, llévese los dólares afuera, llévese el mineral afuera, no pague impuestos y ya está. Es un programa de saqueo. Dicen que somos empresarios, pero no, somos antibuitres.
¿Qué tiene que tener el tercer plan quinquenal que ustedes impulsan?
Hay una línea de base que podríamos llamar las necesidades elementales del ser humano, las necesidades de cualquier persona para después buscar la felicidad, porque desde luego, la libertad individual, en un país democrático, existe. Nosotros no somos colectivistas. Creemos que cada persona tiene que buscar la felicidad, pero tiene que tener garantizada la comida, un techo, un ingreso, un trabajo. Si es un niño, todos los derechos del niño. Si es un anciano, todos los derechos de la ancianidad. Un piso. Después cada uno puede desarrollar sus méritos. Si las necesidades básicas de cualquier ser humano, nazca en el Alfonso XIII, o en Capital, o en Barrio Norte, están cubiertas, después vale la idea de que a algunos les va a ir mejor, a otros peor. Nuestro plan quinquenal es llegar a ese objetivo.
Después hay otros objetivos de naturaleza geoestratégica, que lo nuestro sea nuestro. No tiene que ver en alinearse ni con China ni con Rusia. Nuestra producción sojera está destinada a alimentar chanchos chinos. Yo quiero que la producción agropecuaria en la Argentina esté destinada a alimentar argentinos. ¿Eso significa que tenemos que romper relaciones con China? No, de niguna manera.
También resolver problemas institucionales. El Poder Judicial no es solamente un problema el lawfare. Es un problema de cualquier hijo de vecino. De cualquier mujer golpeada, de cualquier vecino que le robaron, que no tiene acceso a la Justicia. Es un sistema que genera un sensación permanente de ley de la selva. Por último está lo intergeneracional, la historia no termina cuando nos morimos, tenemos que dejar nuevas camadas. Tenemos que dejarles agua, bosques, a las generaciones que vienen. No es ideología, es algo simple, concreto. Son cosas sencillas, humanas, que las puede comprender cualquiera.
José Luis Gioja dijo que Cristina tiene prioridad, pero que si no es Cristina, tiene que ser Axel Kicillof, coincidís?
Estoy cansado de reducir las cosas a los nombres. Axel es un amigo, un gran tipo y un compañero. Pero hay cosas que tiene que mejorar. Por ejemplo, tener un programa claro. Explicar cuántas escuelas va a hacer, cuántas salas de atención primera, cuántos terrenos para que la gente no viva más en las condiciones que vive. Y Cristina también. Qué vamos a hacer con el FMI, con la economía bimonetaria. Ella los enuncia, pero qué vamos a hacer. A libro cerrado, nadie. Ni siquiera Cristina a la que quiero y admiro mucho. No en sus castings de candidatos. Cristina no tiene una gran virtud en ese campo. Pero como gobernante, los números objetivos son impactantes, tuvimos el mejor salario en dólares de Latinoamérica. Ella tiene en su haber un buen gobierno con cosas muy buenas para el pueblo. Pero también creo en lo intergeneracional, que implica que la gente que tiene más experiencia pueda hacer una reflexión crítica y transmitírselo a otras generaciones. Cristina lo intenta. Por ahí los que nacimos en democracia, tenemos un poquito de responsabilidad de no ser más plantados. A veces se genera esta meritocracia al revés, donde los que son más ambiciosos y desleales con sus propios principios, como son pícaros, logran navegar en las contradicciones que tenemos nosotros y se terminan posicionando. Caso Scioli, Alberto, Massa.