Se trata de una joven de 15 años. Se dirigió a su escuela, ingresó al comercio de un vecino de su barrio para comprar una lapicera, momento que el vendedor depravado aprovechó, la tomó de la cara y le dio un beso en la boca.
Sin decir nada, shockeada por la situación, la chica salió y siguió su camino al colegio. Al volver, le contó a su madre lo que vivió con el vecino. La mamá realizó la denuncia en el Centro ANIVI y comenzó un proceso judicial que llevó a que el abusador sea juzgado.
A través de un juicio abreviado, el acusado recibió una condena de nueve meses de prisión condicional por el delito de abuso sexual simple. Además, deberá cumplir reglas de conducta.