Este martes se dictó la sentencia del juicio por Raúl Tellechea y, aunque los fundamentos del fallo que absolvió a todos los acusados se conocerán en diciembre, la presidenta del Tribunal Oral Federal, Eliana Rattá, se refirió de manera sucinta a las razones que condujeron a librar de sospechas a los diez imputados.
Si bien los fundamentos del veredicto trascenderán en diciembre, la jueza federal junto a Gretel Diamante y Carolina Pereyra entendieron que era necesario adelantar explicaciones, teniendo en cuenta el dolor de la familia del ingeniero desaparecido el 28 de septiembre de 2004 y que hace 21 años desconoce su paradero.
A partir de ello, Tiempo de San Juan analizó lo expuesto por la autoridad y encontró cinco claves que ayudan a comprender por qué se resolvió como se resolvió. En los puntos destacados, la carga probatoria y el rol que cumplieron tanto el fiscal Francisco Maldonado como el querellante Conrado Suárez Jofré resultan elementos sustanciales.
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"No lograron acreditar con el grado de certeza exigido los hechos denunciados. Probar los hechos con suficiencia es responsabilidad de quien acusa”, sostuvo la magistrada.
Las 5 claves del fallo
- No se probó la privación de la libertad
Para que se configure el delito de desaparición forzada, debe demostrarse una privación ilegal de la libertad seguida de la negativa o falta de información por parte del Estado. En este caso, el Tribunal concluyó que no se acreditaron ni la captura ni la retención de Tellechea.
Para las juezas, el testimonio de cinco personas que vieron o interactuaron con Tellechea la mañana del 28 de septiembre de 2004, quienes no observaron signos de coerción, resultó fundamental. Es por ello que remarcaron que tal cuestión desacreditó la hipótesis de que ya estaba privado de libertad en ese momento.
2. La coartada que no era coartada
La defensa de varios imputados, entre ellos de Oro, Alonso y Del Castillo, sostuvo que la noche anterior a la desaparición, Tellechea se reunió con ellos en la sede de la Mutual. Lejos de ser una “coartada inventada”, algo que siempre sostuvo la familia del ingeniero, el Tribunal consideró esa reunión como verosímil y corroborada por múltiples testimonios y pericias ejecutadas durante el juicio.
“¿Por qué alguien inventaría una coartada que lo vincula más al hecho?”, razonó el fallo. El Tribunal destacó que la reunión fue breve y luego Tellechea habría ido a la casa de Natalia Hobeika, su pareja, lo cual configuró en otro elemento que fue considerado probado.
3. Falta de móvil convincente
El móvil sugerido por la acusación que sostuvo el fiscal Maldonado, del mismo modo que la querella, que indicaba que los directivos de la Mutual buscaban protegerse de presuntas irregularidades, no resultó convincente para el Tribunal.
Incluso se mencionó que la pericia contable en la “causa económica” arrojó sospechas sobre el propio Tellechea, lo cual debilitaba la hipótesis de que los imputados tuvieran necesidad de hacerlo desaparecer.
4. La figura del “prófugo” y el rol del Estado
En la supuesta “segunda etapa” del delito, la que las juezas describieron como de encubrimiento y construcción de la figura del “prófugo”, el fallo sostuvo que no se identificaron conductas concretas que probaran la participación de los imputados en un plan estatal para encubrir la desaparición.
En ese orden, el dictamen desestimó también que funcionarios como Roberto León, Francisco González o Aurora Ahumada hayan desviado la investigación con intención o dolo. En el caso de Ahumada, con mayor énfasis, se señaló que los cargos eran genéricos, inconexos o directamente ajenos al objeto del proceso. "Se hizo un esfuerzo para entender cuál era la conducta delictiva que se le atribuía", destacó Rattá en su lectura.
5. La denuncia de Sebastián Cortez Páez sin respaldo
La acusación había girado inicialmente en torno al relato del supuesto “arrepentido” Sebastián Cortez Páez, quien afirmó haber custodiado a Tellechea durante su secuestro, que murió por falta de insulina y que su cuerpo fue enterrado en algún lugar de Dique de Ullum.
Sin embargo, esa versión no fue corroborada en juicio y ni siquiera fue sostenida por el Ministerio Público en la acusación final. Tal fue así que ni la fiscalía ni la querella pidieron penas para el sujeto señalado como el supuesto arrepentido, del mismo modo en que ocurrió con Juan Marcelo Cachi.
La contundente frase
"El delito de desaparición forzada no ha sido probado", fue la frase que resumió el fallo y le anticipó a la familia de Raúl Tellechea lo que sucedería minutos más tarde: la absolución de los diez imputados.
La búsqueda sigue en pie
Previo a develar el misterio sobre la sentencia, las juezas expresaron su solidaridad con la familia Tellechea, reconociendo los más de 21 años de lucha por justicia. Sin embargo, aclaró que su deber es actuar con imparcialidad y basarse solo en las pruebas producidas durante el juicio. “No podemos ser parciales ni guiarnos por lo que quisiéramos”, afirmó Rattá.
Es por ello que, tras reconocer las ambigüedades y dudas en torno a la desaparición de Raúl Tellechea, las magistrados reafirmaron que el Estado tiene la obligación permanente de buscarlo, bajo la presunción de vida, hasta tanto se determine fehacientemente su destino. Por tanto, instó al Ministerio Público a dar continuidad a la búsqueda.
El misterio y el dolor
A pesar de haber obtenido una respuesta judicial, la familia de Tellechea esperaba que la sentencia fuera condenatoria, puesto que está convencida sobre la participación de al menos ocho absueltos en la desaparición. Más allá de que intentarán por las vías recursivas torcer la historia a su favor, el dolor de sus hijos y demás allegados resultó evidente al termino de la histórica audiencia.
Es que, pese a la resolución que será discutida en casación, hay una cosa que es cierta y es que Tellechea no está y nadie sabe qué le pasó. Se trata de un desaparecido en tiempos de democracia y por tanto la sociedad sanjuanina espera respuestas del Estado sobre su destino.