Los dos policías que este viernes fueron formalmente imputados en la Justicia por el ataque con pintura al auto de otro miembro de la fuerza, ahora también afrontan la causa administrativa dentro de la fuerza. Se conoció que ambos fueron separados de sus funciones y dejarán de percibir la totalidad de sus sueldos mientras dure el sumario interno.
Ellos son el oficial Gastón Darío Cuello y el cabo Gerardo Andrés Albarracín del Comando Radioeléctrico. Ambos están sospechados de rayar con pintura al auto Chevrolet Aveo del agente Néstor Páez, estacionado a metros de la puerta del CISEM, la madrugada del 29 de julio último. El atentado habría sido en venganza por un informe que Páez elevó a sus superiores días antes tras detectar que los dos policías del Comando no estaban de recorrida.
De hecho, se supo que a raíz de ese informe realizado el 24 de julio pasado, Cuello y Albarracín fueron sancionados internamente con días de suspensión. La versión es que los jefes policiales descubrieron, a través de los dispositivos, que el móvil del oficial y el cabo estuvo como dos horas parado, siendo que debían estar patrullando. Algunos policías aseguraron que se constató que estaban durmiendo.
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Los imputados. El oficial Gastón Darío Cuello y el cabo Gerardo Andrés Albarracin (ambos de civil) comparecieron este viernes ante la jueza de garantías María Gema Guerrero.
Ese sería el trasfondo de por qué el oficial Cuello y el cabo Albarracín quisieron tomar revancha contra Páez y supuestamente le pintaron el auto. El problema fue que ambos quedaron señalados como los autores del atentado y fueron detenidos el miércoles último. Existen filmaciones donde supuestamente se los ve llegar en moto y uno de ellos desciende para pintar el vehículo con aerosol, indicaron fuentes judiciales.
Este viernes ambos comparecieron juntos a sus defensores, los abogados Claudio Vera y Gustavo Sánchez, ante la jueza de garantías Gema Guerrero. El fiscal Renato Roca les imputó el presunto delito de daño agravado, esto por ejecutar el hecho con el fin de impedir el libre ejercicio de la autoridad o en venganza de sus determinaciones. Los dos quedaron en libertad, pero se les ordenó medidas cautelares que deben cumplir como el no molestar ni acercarse al denunciante.
Esa causa penal les puede acarrear una pena de entre 3 meses a 4 años de prisión, pero no es el único el problema que afrontan. Este viernes también se conoció que ambos fueron suspendidos en sus funciones a partir del inicio del sumario administrativo en la Subsecretaría de Control de Gestión.
La situación de Cuello y Albarracín es complicada porque esta medida preventiva significa que momentáneamente dejan de cobrar el 100 por ciento de sus sueldos mientras avanza el proceso administrativo. Por otro lado, esto afecta a su carrera en el futuro y, lo que es peor, puede terminar con sanciones que van desde días de suspensión hasta la exoneración de la Policía.