Tras el asesinato de Emir Barboza, el niño de 7 años que fue abatido por un disparo en el barrio Valle Grande, en Rawson, se conoció este miércoles que al menos cuatro denuncias cruzadas por amenazas de muerte se encuentran en trámite en la Justicia. Algunas de estas amenazas involucrarían intimidación con armas de fuego, según informaron fuentes judiciales.
Actualmente, los investigadores están tomando declaraciones a las personas señaladas como partícipes de estos incidentes. Desde la UFI Genérica, a cargo del fiscal Alejandro Mattar, no descartan que en los próximos días se presenten nuevas denuncias de tenor similar.
El conflicto que desembocó en la tragedia tiene antecedentes de enfrentamientos entre los Barboza y otras familias del barrio. En el marco de la investigación por el homicidio, ya se encuentran detenidos siete adultos: Alan Juan Bazán, Dante Emanuel Carrizo, Gonzalo José David Santander, Hernán Ariel Carrizo, Cristian Daniel Guajardo, Jonathan Javier Carrizo y Gabriel Orostizaga, además de un menor de edad identificado como L.B., que está a disposición de la Justicia de Menores.
El lunes pasado, Gabriel Jesús Orostizaga (26), señalado como el octavo sospechoso, se presentó ante la jueza de garantías Irene Mabel Moya y quedó con prisión preventiva por seis meses. Orostizaga fue imputado por homicidio simple agravado por el uso de armas, mientras que la Investigación Penal Preparatoria (IPP) fue fijada por un plazo de un año. Durante la audiencia, testigos indicaron haberlo visto en el techo de la casa de la familia Carrizo al momento del tiroteo, aunque el acusado sostuvo que se encontraba en el baño y que recién había llegado de trabajar.
El crimen ocurrió entre la tarde del lunes y la madrugada del martes, en medio de una disputa entre vecinos rivales que derivó en un tiroteo. Desde una vivienda de la Manzana 23 del barrio Valle Grande se efectuaron varios disparos hacia la calle, y uno de ellos impactó en Emir mientras jugaba cerca. El niño fue trasladado de urgencia al Hospital Marcial Quiroga, donde los médicos constataron su muerte, ocasionada por un trauma de tórax producto de un proyectil de arma de fuego.
Tras el hecho, se realizó un operativo policial que derivó en las siete detenciones iniciales y el secuestro de municiones, vainas servidas, proyectiles deformados, un revólver calibre .22, una gorra amarilla marca Lakers y varios teléfonos celulares. Durante la audiencia de formalización, la jueza Moya dispuso prisión preventiva por seis meses para los seis adultos detenidos inicialmente, medida más corta que la solicitada por el Ministerio Público Fiscal, que había pedido dos años.