Una noche de diversión y alcohol en un boliche de Barreal. Y un final inesperado para una joven cadete de la Gendarmería Nacional, que despertó horas más tarde en su casa sin saber cómo llegó, con raspones en el cuerpo y con signos de una violación.
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SUSCRIBITEUna noche de diversión y alcohol en un boliche de Barreal. Y un final inesperado para una joven cadete de la Gendarmería Nacional, que despertó horas más tarde en su casa sin saber cómo llegó, con raspones en el cuerpo y con signos de una violación.
Esto es lo que pasó con una chica de no más de 25 años, estudiante de la escuela de Gendarmería Nacional, que sufrió un ataque sexual en ese poblado de Calingasta y cuyo caso genera intriga en torno a él o los posibles autores. El fiscal José Plaza junto a la ayudante fiscal Beatriz Baca, de la Unidad Fiscal de Investigaciones CAVIG, vienen trabajando en la causa hace días y se encuentran a la espera de unas pericias que pueden ser claves para develar el misterio.
Por eso también hay hermetismo sobre este ultraje cometido supuestamente el domingo 12 de marzo en la madrugada a la salida de un boliche del poblado de Barreal. La chica relató que esa noche fue a dicho local a divertirse, que compartió bebidas con sus amigos y otras personas y después no se acuerda más. Admitió que se emborrachó, aunque no sabe si le dieron alguna sustancia prohibida para hacerle perder la conciencia.
La amiga contó que llegó a la casa que comparten casi de mañana y en un estado calamitoso, con raspones y fuera de sí. La cadete le respondió que no quería hablar y se acostó. Al mediodía del domingo recobró el conocimiento y se encontró con su amiga y un enfermero de Gendarmería asistiéndola, señalaron fuentes del caso. Ahí constataron que tenía lesiones en los brazos y las piernas.
Ese mismo día buscaron ayuda y más tarde radicaron la denuncia en la UFI CAVIG ante la sospecha de una golpiza o una violación. La chica no sabe qué le pasó, lo único que recuerda es la imagen de un hombre que la sujetaba o la zamarreaba, contó un allegado al caso. Esto, más las lesiones que presentaba en parte de su cuerpo y algunas muestras que le tomaron mediante los hisopados, confirmaron que la joven sufrió un ataque sexual.
Los investigadores reunieron testimonios y hasta pidieron grabaciones de cámaras de seguridad para tratar de reconstruir todo lo que hizo la joven esa noche y con quién estuvo. En eso está abocado el personal de la UFI CAVIG para dilucidar qué sucedió e identificar a él o los agresores.
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