A mediados de mayo de este año, quedaron a disposición para su uso 40 pistolas Taser que fueron distribuidas en distintas zonas de San Juan. Previo a eso, un grupo de operadores de la Policía fue capacitado para accionarlas. Ahora, a cinco meses de ese momento, desde la Fuerza afirmaron que los dispositivos eléctricos fueron utilizados en cuatro oportunidades y que, en todos los casos, sirvieron para evitar que distintas personas atentaran contra su propia vida.
La subjefa de la Policía de San Juan, Cintia Álamo, explicó a Tiempo de San Juan que, los cuatro episodios estuvieron relacionados con situaciones de crisis graves, muchas de ellas vinculadas al consumo problemático o a trastornos de salud mental. “Se trata de personas que estaban atravesando una situación extrema, algunas con intentos de asfixia en una habitación cerrada, otras con objetos punzantes en sus manos. En esos momentos críticos, el uso de la Taser permitió intervenir sin poner en riesgo ni al sujeto ni a los efectivos policiales”, detalló.
Al mismo tiempo, según indicó la Subjefa, en sólo uno de los cuatro casos se llegó a activar por completo el dispositivo, lo que implicó disparar el cartucho para inmovilizar a la persona. En los restantes, el protocolo se detuvo en etapas previas, sin necesidad de aplicar la descarga eléctrica.
En este caso es importante recordar que, las pistolas Taser cuentan con un protocolo de uso progresivo de la fuerza, diseñado para intervenir de forma proporcional a la amenaza. El primer paso es desenfundar el dispositivo, luego apuntar hacia la persona. Posteriormente, se puede activar el láser o la linterna —cuyo haz de luz apunta al cuerpo— como forma disuasiva. Si eso no es suficiente, se muestra el arco voltaico, una descarga visible que también puede persuadir. Solo si todas estas instancias resultan ineficaces, se dispara el cartucho que inmoviliza temporalmente a la persona.
“Es un recurso momentáneo, diseñado para la reducción inmediata y segura del sujeto. La descarga dura apenas dos segundos y actúa en la zona del abdomen, neutralizando temporalmente la conexión entre el músculo y el sistema nervioso, sin poner en riesgo la vida”, explicó Álamo.
Para ejemplificar su potencia, se indicó que la parte eléctrica del dispositivo tiene una potencia comparable a la de un desfibrilador, aunque su efecto es breve y estrictamente localizado.
Embed - El paso al paso del funcionamiento de una pistola Taser
Formación especializada y control del accionar
En San Juan, el uso de las Taser está a cargo de efectivos que recibieron capacitación específica en la Escuela de Tiro, con instructores especializados a nivel nacional y sudamericano. Además, cuando un oficial porta el dispositivo, lleva consigo una cámara que graba toda la intervención, permitiendo una revisión posterior detallada del procedimiento.
“Cada una de las actuaciones queda registrada y es analizada. Eso nos da garantías de que el uso del dispositivo se da dentro del marco legal y con el único objetivo de evitar un mal mayor”, enfatizó la subjefa.
Por ahora, la Policía de San Juan continúa trabajando con la partida original de 40 dispositivos. Sin embargo, desde la Secretaría de Seguridad evalúan adquirir una nueva tanda para ampliar su disponibilidad y consolidar su utilización como herramienta de prevención en situaciones de crisis.