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SUSCRIBITE A tres días del crimen del jubilado de 85 años en Santa Lucía, los principales sospechosos por el asesinato a sangre fría se presentaron frente al Juez de Garantía, Alberto Caballero, y, según pudo saber este diario, la Fiscalía representada por Adrián Riveros solicitará la prisión preventiva para los imputados.
Se trata de José Luis Salinas y Rubén Pereyra, representados por la defensora oficial Emilia Nielson y por el abogado Alejandro Castán, respectivamente.
En la audiencia se conoció en qué circunstancias los dos sospechosos conocían a la víctima, ya que ambos son empleados para un hombre que alquilaba el taller Eduardo Molina, la víctima. Salinas es metalúrgico y vive en barrio La Estancia, y Pereyra, también es metalúrgico y del barrio Aramburu.
Salinas fue detenido por los policías mendocinos el 13 de marzo en la noche en Godoy Cruz en Mendoza, mientras que Pereyra el 13 de marzo en la tarde en su casa en Rivadavia.
El ayudante fiscal dijo que quedo acreditado que el 11 de marzo llego a su domicilio, dejo su auto Renault en la vereda y se dispuso a hacer la siesta. Minutos mas tarde irrumpieron Salinas y Pereyra para robar los 130 mil pesos que Martín (el inquilino) le pago al jubilado y que fue presenciado por los imputados. Entiende que treparon la pared del predio del domicilio de Molina y después forzaron la puerta. Suponen que así entraron y una vez adentro de la casa le dieron la brutal golpiza, dándole golpes de puño y también puntapiés.
La intención era robarle, pero iban dispuesto a matarlo, dado que ya lo conocían. No ingresaron a su habitación pero se robaron maquinas, efectos personales, dinero y el auto. En a pared quedo una maquina que no se la pudieron llevar,
Salinas también hacia changas para el jubilado en sus tiempos libres
Recién el lunes apareció Daniel Molina, el hijo de Eduardo, quien se dirigía al predio y se topó con la escena del cadáver de su papá.
La dentadura postiza y un diente apareció al lado de la cabeza ensangrentada. La causa de muerte fue traumatismo craneoencefálico cerrado.
Las pruebas contra ambos son: a Salinas lo vieron en un kiosco tomando cerveza cerca de la casa del anciano. Las cámaras de seguridad lo captaron a bordo del Renault de la victima en distintos lugares de Santa Lucia y Chimbas. Además, anduvo vendiendo las maquinas y el celular. Fue reconocido arriba del vehículo. Encima compró con la tarjeta de debito de la victima. Todo esto cerca de las casas de Salinas y Pereyra.
Salinas es el detenido más complicado en el crimen pero el fiscal cree que Pereyra colaboro
De esta manera, el delito que se les imputa a Salinas y a Pereyra es por homicidio criminis causa, es decir matar para ocultar otro delito. En este caso el robo.
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