Un hecho insólito se registró en Tribunales este lunes por la siesta, cuando la jueza que condenó a un abogado -por masturbarse frente a un empleado de un conocido hotel sanjuanino- impidió que la prensa difundiera la foto y el nombre del sentenciado, a través de un apercibimiento. A pesar de que las audiencias en el Sistema Acusatorio son públicas y de que el delito en juego no era un abuso sexual contra un menor, Celia Maldonado prohibió que se identificara al acusado. Un episodio que podría rozar la censura.
Ocurrió durante el juicio abreviado contra el hombre que se masturbó frente a un empleado del Hotel Del Bono, quien reconoció el delito que cometió y fue condenado a 2 años de prisión condicional, por lo que recuperó en libertad ni bien finalizó la audiencia.
M.R.C.C, sentenciado por abuso sexual con acceso carnal en grado de tentativa, es oriundo de la provincia de Buenos Aires y sería una figura reconocida dentro del mundo de la abogacía e, incluso, integraría un colegio de letrados en el partido de San Martín.
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La orden judicial de la jueza de Garantías, que homologó el acuerdo entre el defensor oficial César Oro y la fiscalía representada por Alejandro Mattar, llamó la atención porque nunca antes se había registrado un episodio similar en el que un magistrado realizara tal exigencia y no esbozara ningún tipo de explicación.
Si bien fuentes allegadas indicaron que al inicio de la audiencia fue el defensor quien hizo la solicitud, Maldonado le dio lugar y dispuso la inusual medida. Es que desde que comenzó a regir el Sistema Acusatorio, los procesos que se desarrollan en las salas del subsuelo del palacio de Justicia son de carácter público y cualquier medio de comunicación tiene acceso a presenciarlos y a publicar, luego, lo que allí acontece.
La excepción son algunos casos de abuso sexual contra niños que, para proteger a las víctimas, la autoridad resuelve que la audiencia sea a puertas cerradas. Y es que la finalidad de todo es evitar la revictimización y exponer a las víctimas. Es por eso que no se publican sus nombres ni tampoco el de los agresores sexuales, si es que son familiares directos. Algo similar sucede con las víctimas de violencia de género.
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Por todo ello, resulta una sorpresa que la jueza Maldonado se preocupara no sólo por proteger al denunciante, sino también al victimario que admitió haberse masturbado frente al 'bell boy', en el interior de una habitación del hotel de 5 estrellas. Además, el imputado reconoció que segundos después de abalanzarse sobre la víctima, de manosearla y de mostrarle sus genitales, eyaculó en el baño sobre una toalla que luego fue secuestrada por peritos del Ministerio Público.
Funcionarios judiciales, políticos, dirigentes gremiales y empresarios de renombre se han sentado en el banquillo de los acusados por delitos graves, como promoción de la prostitución y pornografía infantil, y sus caras nunca fueron obligadas a ser tapadas por orden de los jueces.
Sin embargo, en esta ocasión, el imputado corrió con mejor suerte por disposición de la magistrado, también vinculada al mundo de la abogacía aunque de San Juan. Es que Maldonado es la madre del presidente del Foro de Abogados, Marcelo Álvarez.
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"Ha quedado acreditado el hecho, me lleva a la convicción de que los hechos fueron como relató fiscalía... por lo que encuentro justa la pena", sostuvo su señoría que también impidió que el acusado se acercara al denunciante a menos de 500 metros y que tomara contacto con el mismo por cualquier vía.
La homologación del acuerdo entre las partes sucedió minutos después de las 14.30, luego de que la audiencia se retrasara por un supuesto malestar del imputado. Estaba previsto que el proceso se celebrara sobre las 12.30 del mediodía, pero el estado de salud del abogado porteño, que se habría descompuesto durante su estadía en los calabozos de Tribunales, postergó todo.
Fuentes revelaron que un médico legista revisó al imputado y se resolvió que se retrasara el proceso hasta que se recuperara; algo que finalmente sucedió. En la audiencia, el acusado se mostró en buen estado aunque tuvo una curiosa actitud, ya que cada vez que las cámaras apuntaron hacia su persona, se cubrió el rostro con sus manos.
Las fuentes consultadas indicaron que el excepcional episodio es un claro ejemplo de privilegio y que podría sentar precedente para otros casos en los que los abogados soliciten que no se difundan las identidades y los rostros de sus patrocinados. Aseguran que, con hechos de esta clase, no se respeta uno de los principios del Sistema Acusatorio, que es la publicidad de todas las audiencias y las causas y el acceso a la información.